'Cerrar los ojos', abrirse al cine
La nueva película de Víctor Erice, ganador del Premio Donostia en el Festival de cine San Sebastián, se sitúa en la línea del mejor cine clásico
Córdoba
“Contra el olvido” es la frase con la que el director del Festival de Cine de San Sebastián, José Luis Rebordinos encabezaba su presentación de la recién clausurada 71 edición, ya que ese ha sido el leitmotiv de gran parte de su programación. Y la memoria cinematográfica se reivindica, especialmente, cada año con la entrega del Premio Donostia que, en esta ocasión, ha tenido como galardonado al cineasta Víctor Erice. La ceremonia tuvo lugar en el Teatro Victoria Eugenia, el mismo lugar donde hace 50 años recibió la primera Concha de Oro para el cine español por “El espíritu de la colmena” (y en una 71 edición también histórica porque la directora Jaione Camborda ha sido la primera española en obtener este reconocimiento).
Con este trofeo el Festival reconoce la magistral trayectoria del realizador, que ha trabajado en el largo, medio y cortometraje, en correspondencias fílmicas y videoinstalaciones, además de haber marcado profundamente a través de estas obras la experiencia cinematográfica de espectadores y cineastas de todo el mundo.
Su debut como director fue con “Los desafíos” en la que firmaba uno de los tres episodios, junto a Claudio Guerín Hill y José Luis Egea, y que obtuvo en el certamen donostiarra de 1969 la Concha de Plata a mejor dirección. Ya en solitario dirigió “El espíritu de la colmena”, que le valió la mencionada Concha de Oro a mejor película en 1973; “El sur”, que acudió al Festival de Cannes en 1983 y donde obtendría en 1990 el Premio del Jurado y el Fifresci por “El sol del membrillo”.
Son, igualmente, destacables otras actividades en su labor como cineasta, por ejemplo, sus videoinstalaciones museísticas, la correspondencia audiovisual con Abbas Kiarostami, el cortometraje “Alumbramiento” o el mediometraje “La Morte Rouge”, todas ellas piezas que son auténtica orfebrería cinematográfica.
La encargada de hacerle entrega del Premio Donostia solo podía ser Ana Torrent, a la que el realizador donostiarra descubrió siendo niña para encarnar a la protagonista de la citada mítica “El espíritu de la colmena”. La volvió a dirigir en “Ana, tres minutos”, obra incluida en el largometraje colectivo impulsado por la directora japonesa Naomi Kawase tras el terremoto de Japón de 2011. Torrent, que ahora nuevamente interviene en la última y fascinante película de Erice, “Cerrar los ojos”, expresó su agradecimiento a la mirada de este diciendo: “una mirada que guio la mía y me regaló una interpretación del mundo”. Palabras certeras las de la actriz, ya que el cine de Víctor Erice nos invita a entrar en el misterio de mirar, a participar en el mundo de las cosas.
El Festival acogió también la proyección de la citada “Cerrar los ojos”, en estreno simultaneo en todo el país y, por supuesto, también en nuestra ciudad. La cinta, que contiene resonancias de todas sus obras anteriores, nos presenta la indagación periodística que un programa televisivo hace de la desaparición de un actor hace años, mientras filmaba una película que quedó inconclusa y cuyo director era gran amigo suyo. A partir de aquí acompañamos a este en sus recuerdos, su intento por dilucidar lo ocurrido y buscar respuestas, precisamente, a través del cine. Contactará con la hija de aquel, con un antiguo amor compartido y emprenderá un determinante viaje al sur.
El certero guion, coescrito con Michel Gaztambide, orbita en torno a los temas de identidad, memoria y conciencia y, unido a una puesta en escena que es auténtica filigrana fímica, sitúan la película en la línea del mejor cine clásico, algo maravillosamente a contracorriente dentro del panorama contemporáneo.
La película exhibe una puesta en escena brillante, donde la presencia de cada objeto es significativa, una banda sonora muy elocuente y unas interpretaciones impecables. Manolo Solo confirma que es un inmenso actor capaz de sostener sobre sus hombros todo el metraje; igualmente acertado el trabajo del resto del equipo: José Coronado, Mario Pardo, Soledad Villamil, Petra Martínez, María León, Antonio Dechent, Josep María Pou, Helena Miquel, Venecia Franco Dani Téllez y Juan Margallo. Y mención aparte merece la importancia de la presencia de Ana Torrent, el impacto de su mirada y de su voz.
Un filme envuelto en el misterio que habita el cine de su autor, que rezuma serenidad y apela a la sensibilidad y al sentimiento, de modo que los espectadores quedamos envueltos en las profundas sensaciones y emociones que genera.
En definitiva, “Cerrar los ojos” nos regala una historia que emociona en general, a la vez que, desde la sencillez y la humildad que caracterizan a su autor, supone un canto a la amistad, una íntima declaración de amor al cine, que de forma natural atraviesa toda la película, toda una celebración del arte cinematográfico y, desde luego, un legado del maestro Erice con lo más hermoso de su poesía, que nos deja esperando que haya más trabajos por venir de este creador tan íntegro, ya que la acción de cerrar los ojos no es una clausura sino el acceso a la dimensión del cine.