La crónica y los sonidos de la Procesión Magna que relanzó la mejor imagen posible de Granada y su Semana Santa
Radio Granada emitió un programa especial de SER Cofrade de cuatro horas y media que aquí puedes escuchar
SER Cofrade - La Pasión según Granada (14/10/2023)
Granada
Los medios utilizamos con demasiada frecuencia el adjetivo "histórico" pero en este caso está justificado. La ciudad de Granada vivió este sábado, 14 de octubre, una jornada para la historia desde el punto de vista cofrade, pero no solo desde ese ámbito.
Si Granada se mostró a comienzos del mes como una de las ciudades más bonitas del mundo, con unos monumentos que encandilan a todos y una capacidad de organización inigualable gracias a las dos cumbres europeas que se celebraron los días 5 y 6, ahora ha cerrado el círculo del buen hacer y de una promoción impagable con una celebración espectacular de la Procesión Magna "La Pasión según Granada", organizada a propósito del XXXIV Encuentro Nacional de Hermandades de Semana Santa, que se celebra hasta este domingo en esta plaza.
Si la procesión fue diseñada para difundir nuestra Semana Santa entre quienes nos visitaban para el congreso y, después, se añadió la intención recogida en el lema "... para una nueva evangelización", la celebración ha cumplido con su objetivo. Lo segundo es difícil de valorar. Lo primero, es obvio: las emociones vividas por todos; el patrimonio mostrado (primero en la exposición de los 22 pasos participantes en la Catedral y luego en la calle con una puesta en escena impecable), el gran espectáculo de la escenificación cofrade, el buen hacer de cada una de las hermandades en el recorrido oficial y en cada una de las procesiones de regreso a los templos; así como el buen comportamiento de las miles de personas agolpadas en el centro para disfrutar de un acontecimiento único, hicieron de la tarde-noche del 14 de octubre en Granada algo único, especial, extraordinario y que, desde luego, cumplía con el objetivo de difundir nuestra semana mayor.
Radio Granada emitió un programa especial de SER Cofrade -que aquí arriba puedes escuchar- de cuatro horas y media desde las 17h. Por la lluvia, la procesión comenzó a las 17.20h (20 minutos después de lo previsto), pero nada cambió: la salida de los cortejos y los pasos de la Catedral fue perfecta, coordinada y ágil; y el transcurrir de todas las hermandades por la carrera oficial fue tan brillante, vibrante y espectacular como se espetaba, especialmente en las calles por donde se podían divisar numerosos pasos uno tras otro. El programa resultó un carrusel cofrade con infinidad de sonidos y maravillosas muestras de emoción.
Decenas de autobuses llegaron la tarde del sábado a Granada para la ocasión. La ciudad ya estaba llena de turistas por el puente del Pilar y por la propia procesión. El resultado fue un centro totalmente abarrotado, como pocas veces se recuerda en Granada, y un perfecto funcionamiento de la ciudad, sin dificultad, incluso, para moverse a pesar de la marabunta de cada calle, de cada plaza.
Con este panorama de gran afluencia, perfectamente coordinada por un dispositivo de movilidad y seguridad coordinado por la Policía Local, no fue de extrañar que cada vez que preguntábamos en la radio a alguna de las personas que estaban disfrutando de la tarde, el entrevistado se mostrase encantado con todo lo que estaba viendo. Casi todos los testimonios recogidos en el directo, en plena calle, fueron casualmente de personas llegada desde otros puntos de Andalucía, pero también de Ciudad Real, de otras provincias vecinas fuera de Andalucía y de otros puntos de España, al tratarse de participantes en el congreso cofrade.
Todos los testimonios coincidieron en la belleza del escenario y en la altura de una Semana Santa inigualable. El patrimonio cofrade mostrado sobre los pasos, los propios pasos en sí, las vestimentas de las imágenes, los adornos florales y, en general, la presentación de las 22 hermandades en la calle, provocaron el asombro y el deleite general entre quienes no conocían las Semana Santa de Granada.
Los cofrades granadinos
Y luego estaba el cofrade granadino. La sensación del día fue la de una sorpresa generalizada. Los problemas en los preparativos, las divergencias sobre cada uno de los aspectos de la propia concepción de la procesión, los participantes, la forma de ponerse en la calle y hasta cualquier detalle relacionado con el acontecimiento; las improvisaciones... Todo se olvidó desde el mismo momento en el que La Borriquilla, el primer paso que abría el cortejo, se puso en la calle.
Todo lo anterior se olvidó sencillamente porque todo salió perfecto, gracias al esfuerzo de todos y gracias a la experiencia de las propias hermandades, cuya existencia en la calle en si es una liturgia basada en la búsqueda de la mejor escenificación posible. Los tiempos, los cortejos... todo se desarrolló como se podía esperar (incuso mejor); y la Procesión Magna se convirtió (emulando la definición que hizo de un palio el histórico padre Enrique Hiniesta) en una gran "máquina de la belleza" que contentó y satisfizo a todos.
La Semana Santa de Granada se mostró ante propios y foráneos (y entre todos eran muchos, muchísimos) con su mejor cara y provocando las mejores emociones y sensaciones posibles. La ciudad funcionó como un reloj y todas las almas vibrantes al unísono pudimos disfrutar del espectáculo, más allá de algún problema puntual con algunas sillas (de las 8.000 dispuestas y vendidas por la Federación de Cofradías) de las últimas filas en Puerta Real.
Los regresos
La Procesión Magna solo contó con la música de la banda de los Remedios que abría el cortejo y los acompañamientos de los cuatro palios (Dolores, Sacromonte, Aurora y Esperanza) que participaron. La calidad musical de las cinco bandas llenó Granada de una excelente música cofrade. Lo que ocurrió a partir de que cada una de las hermandades terminase el recorrido oficial (la Esperanza -que cerraba- lo hizo a las 21.30h) fue una explosión musical y, en general, cofrade por toda la ciudad.
Cofrades y visitantes disfrutaron de una noche histórica en la ciudad que se terminó con las hermandades zaidineras volviendo a sus templos al filo o justo después de la media noche; y las del Realejo, un poco antes. La hermandad de Los Gitanos llegó a la Abadía poco antes de las cuatro de la madrugada. La Aurora, que tuvo que sortear un Albaicín quizás más concurrido que un Jueves Santo normal, "se encerró" (como dice el pueblo llano de la ciudad) sobre las dos y media. Y la Esperanza se recreó durante interminables minutos entre Plaza de Isabel la Católica y Santa Ana para regresar al templo también sobre las dos y media.
Las bandas que habitualmente acompañan a las hermandades en sus estaciones de penitencia estuvieron a la misma altura de siempre (en la cumbre musical cofrade a la que nos tienen acostumbrados). La atracción estuvo, además, en la selección musical irrepetible que supuso la Magna con bandas de cornetas y tambores y agrupaciones musicales como la Centuria de la Macarena, Tres Caídas de Triana, la llagada de Campo de Criptana u otras no tan generalmente conocidas como Coronación de Espinas de Córdoba y Las Golondrinas de Vélez Málaga, por mencionar a algunas.
La noche en Granada fue espectacular, emotiva y "frustrante" (sí, entre comillas). Frustrante por no poder asistir a las 22 procesiones de regreso, pero vibrante en cada una de las elecciones. Fuera cual fuera la elección, la histórica noche y madrugada del 14 al 15 de octubre de 2023 quedará ya en las retinas, los oídos, los sentidos y los corazones de miles de personas que descubrieron o revivieron una Semana Santa única y especial como la de Granada, una ciudad que ya supone de por si un escenario inigualable para cualquier acontecimiento. Si, encima, ese acontecimiento lleva implícita una dosis de belleza como lo que supone una cofradía en la calle, la mezcla no solo es única: es perfecta.
Ahí quedó.