Moisés Marín, tenor: "Granada está muy ávida de cultura y necesita un gran teatro"

Granada

Iba para Ingeniero de Caminos pero acabó convirtiendo pasión en profesión. Luego, trabajo y talento. Y formación, en Roma, como alumno de la Opera Studio de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia -"aunque todavía no sabía bien qué estaba pasando ni tenía mucha idea de quiénes eran los profesores"-, bajo la supervisión de la soprano Renata Scotto, y también en Valencia, con muchos de los mejores del mundo, antes de verse anunciado en muchas de las grandes óperas de todos los tiempos.

Ahora, así, a bote pronto, en pocos meses, participa como Pang en Turandot (Liceu de Barcelona), en la maravillosa y mítica producción de Nuria Espert, que reinauguró el teatro tras el incendio de 1994; es Belmonte, el atribulado protagonista de Rapto en el Serrallo, de Mozart (Bilbao); y es Goro en Madama Butterfly el próximo julio en el Teatro Real de Madrid. Casi nada para el cuerpo.

Durante la entrevista, Moisés Marín (La Zubia, Granada, 36 años) cuenta cómo empezó todo, sus inicios, sus primeros pasos y una evolución meteórica que le permite ser habitual de los primeros teatros de Europa.

"Somos la alta competición de la voz hablada", dice Moisés, quien se detiene en explicar los trucos, los momentos previos; cómo encarna y coloniza un personaje; cómo expresa, interpreta y proyecta energía con cada músculo del cuerpo en busca de provocar la emoción en el público y de llegar al fondo de cada producción.

Con respecto a Granada, no duda en destacar en gran aprecio que existe por la cultura y por la lírica, y apunta la importancia de construir "un gran teatro, con foso", que que permita grandes producciones teatrales y de ópera, y todo ello pensando en aumentar la oferta y capacidad de organización de eventos si Granada aspira a ser capital europea en 2031. En todo caso, "Granada está muy ávida de cultura y necesita un gran teatro", apunta Moisés Marín.