Vanesa, pasajera en el vuelo Trapani-Sevilla durante la borrasca Bernard: "Por el temporal logramos aterrizar al tercer intento. ¡No vuelvo a volar en años!"
La borrasca Bernad ha causado múltiples incidencias, también en el Aeropuerto de Sevilla con anulaciones de vuelos, algunos desviados y otros con grandes dificultades para tomar tierra. Es el caso que vivió la pasajera Vanesa con tres intentos de aterrizaje en San Pablo después de hora y media sobrevolando Sevilla
Vanesa, pasajera en el vuelo Trapani-Sevilla durante la borrasca Bernard: "El avión se movía como si estuviéramos en la Calle del Infierno, hasta me dio un ataque de ansiedad"
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Sevilla
Sevilla, capital y provincia, intenta recuperar la normalidad tras la tarde de ayer: carreteras cortadas y líneas de tren que no funcionaban, al igual que problemas en el Metro. Las mismas dificultades, por las ha tenido San Pablo, el aeropuerto de Sevilla. En Hoy por Hoy Sevilla hemos hablado con una pasajera del vuelo desde Trapani de Ryanair, que debía aterrizar sobre las 19.45 y que no lo pudo hacer hasta las 21.30 aproximadamente.
Lo que se vivió en esos momentos, -recordemos que según la Agencia Española de Meteorología, en la estación del aeropuerto se recogieron rachas de hasta 104 kilómetros por hora y la velocidad media máxima del viento superó los 60- fue "como si estuviéramos en la Calle del Infierno, como en los coches locos", cuenta Vanesa en Hoy por Hoy Sevilla.
Vanesa venia de pasar unos días en Sicilia, y salieron de Trapani a las 17.15 "sin saber que en Sevilla había este temporal". El aterrizaje estaba previsto para las 19.45 en San Pablo, "aunque nos dijeron que nos íbamos a quedar sobrevolando Sevilla unos 15 minutos debido a los vientos que había". Cuando intentaron aterrizar, "resulta que no se pudo, yo estaba en la ventanilla y lo vi todo, el problema estaba cuando atravesábamos las nubes, por arriba todo tranquilo pero por abajo, el avión se movía como si estuviéramos en la Calle del Infierno, como en los coches locos, así se movía el avión", recuerda -no sin cierta angustia todavía- Vanesa.
Durante una hora y media, sobrevuelan Sevilla y las localidades de alrededor "el piloto nos iba contando por dónde pasábamos, y nos dijo que era bastante peligroso". El avión intentó aterrizar otra vez y tuvo que subir de nuevo, Vanesa se preguntó en esos momentos "por qué no nos desviaban a otro aeropuerto, yo he viajado mucho y no lo comprendía". A la tercera fue la vencida y por fin pudieron aterrizar, sin embargo "la gente ya estaba chillando -algunos más que otros-, algunos perdimos los nervios, porque aquello no eran turbulencias, era otra cosa". "Nos dieron, al final, bolsas para vomitar o para los que estábamos hiperventilando -yo tuve hasta un especie de ataque de ansiedad-", recuerda Vanesa.
Eso sí, "cuando aterrizamos, los aplausos y los gritos de alegría fueron impresionantes, la gente se abrazaba, porque además encendieron las luces, que por cierto las apagaron durante todo este tiempo además de cerrar el servicio...". Vanesa concluye con la despedida y el agradecimiento a la tripulación: "Los vi desde lejos y los saludé, el nivel de estrés de los pilotos tuvo que ser mucho, se notaba que había muchos nervios entre la tripulación también...". Sobre la posibilidad de viajar en breve, Vanesa es contundente: "Hasta que no se me olvide esto, va a ser una temporadita sin viajar".
