'Bolo' y 'Limón', dos héroes peludos de los bomberos de Córdoba

Córdoba

Horas de traslado en avión y en coche, por malas carreteras y días y noches interminables de trabajo con la presión del reloj y del paso del tiempo...

Bolo ventea. Y de repente su hocico detecta un olor que le lleva a unos escombros cercanos.

Inmediatamente, como si saltara en él un resorte, vuelve al punto de partida, como queriendo reconfirmar el proceso. Y entonces recorre de nuevo el camino.Se para en el último punto y vuelve a oler. Y ahora sí, contiene la respiración, como si no quisiera que nada lo apartara de su objetivo, y ladra avisando a su instructor.

Sabe que está a punto de conseguir su objetivo, y que cuando lo consiga lo premiarán. Para él es un juego y para las víctimas, probablemente la única posibilidad de sobrevivir.

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En 1982 el hoy investigador, catedrático emérito y doctor honoris causa, Jaime Parejo, comenzó su trabajo de investigación para hallar un método de entrenamiento en el que los perros supieran discriminar las personas vivas de las muertas en un escenario de desastre natural, accidente o siniestro en el que fuera necesaria la búsqueda con perros. EL 23 de octubre de 1994, tras doce años de trabajo, se ponía oficialmente en marcha este método, que empezaron a utilizar los bomberos de Huelva para el rescate de damnificados de terremotos, huracanes, y otras misiones de ayuda humanitaria.

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El método funciona, hoy lo aplican todas las unidades caninas del mundo. El perro distingue entre personas vivas y las que ya no lo están, y avisa para alertar a los equipos de que ha encontrado un superviviente. Para él es un juego, pero ese juego permite salvar vidas.

Ese método es con el que están entrenados Bolo y Limón, dos de los perros de rescate de los bomberos del Consorcio Provincial de Extinción de Incendios de Córdoba, que han buscado supervivientes en los recientes los terremotos de Turquía y Marruecos.

Para darse cuenta de la importancia de la tarea que tienen encomendada estos perros basta solo con un dato: una vez que los perros certifican que en ese espacio ya no quedan personas con vida, las autoridades dan la orden para que entren las máquinas excavadoras para retirar los escombros. La confianza y la seguridad de sus dueños es absoluta con el trabajo de los perros. Los han entrenado cada semana, los han visto trabajar y evolucionar, saben lo que pueden pedirles y hasta donde puede llegar cada uno.

BOLO, UN PASTOR MALINOIS DE BAENA QUE ENCONTRÓ A SUPERVIVIENTES EN EL TERREMOTO DE TURQUÍA

Recordamos el sonido de su ladrido señalando a supervivientes bajo los escombros del terremoto de Turquía hace unos meses cuando los bomberos de Córdoba estuvieron trabajando casi una semana en ciudades completamente destruidas por los seísmos.

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Bolo tiene cinco años, llegó a la casa de Antonio Caballero, cuando apenas tenía dos meses y hoy es uno más de la famila.

Es un pastor belga malinois. Se lo regaló un criador de Baena: Samuel, un enamorado de esta raza de perros, que quería que Antonio tuviera un perro de los suyos para entrenarlo en labores de rescate

Antonio trabajaba por aquel entonces con un pitbull llamado Kron, con el que acababa de volver del terremoto de Nepal. Ahí es donde Bolo se unió a esta familia en la que hoy destaca por méritos propios

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Antonio Caballero, bombero del Consorcio Provincial de Extinción de Incendios y miembro de Bomberos Unidos Sin Fronteras es 'el padre' y el entrenador de Bolo. Está más que encantado con él. "En las misiones es un perro de rescate y en casa el mejor compañero de mi hijo que tiene dos años. Le consiente todo", explica sonriendo. "En casa es fantástico", dice Antonio Caballero.

"Bolo tiene una motivación, una autonomía y un nivel de concentración altísimo lo que lo hace un perro extraordinario para su trabajo que se hace mediante el método Arcón. Es un perro muy noble, muy nervioso, muy activo y muy seguro de sí mismo. Se adapta mucho a los niños y a todas las personas y le encanta que lo acaricien".

Con la Unidad Canina de Rescate del Consorcio de Bomberos de Córdoba hacen prácticas semanales, simulacros, cursos...y también participan en las salidas de formación en las que se mantiene el entrenamiento físico para mantener la forma.

LIMÓN, UN PERRO MESTIZO INCANSABLE EN LABORES DE RESCATE

Limón es el perro de Pepe Castro, en el terremoto de Marruecos ya demostró el carácter que tiene para el rescate. "Se desenvuelve muy bien para el rescate, va a su ritmo, es un perro muy ágil y de pequeño tamaño que soporta muy bien el trabajo tanto con altas como con bajas temperaturas", explica Pepe..

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"Limón es un perro mestizo que lleva con nosotros desde chiquitito, desde hace casi diez años. Un pastor fue el que nos aconsejó que tuviéramos a Limón. Dice que es un pastor soriano, aunque su raza no esté reconocida". Igual que Antonio con Bolo, Pepe y Limón entrenan para estar siempre a punto ante una posible misión o eventualidad.

Pepe está entusiasmado con él, y se nota. "En casa se comporta como un perro doméstico, siempre está con mi hijo, que tiene seis años. Y para la misión se comporta muy bien. Va muy tranquilo en los desplazamientos, pero luego sale con energía para trabajar", explica sin ocultar la admiración por su perro".

Mientras que el teléfono suena otra vez para salir de nuevo en misión humanitaria, estos héroes de cuatro patas y sus dueños siguen también haciendo una labor fundamental: difundir el trabajo que llevan a cabo con la Unidad Canina de Rescate del Consorcio y con Bomberos Unidos Sin Fronteras. Una labor que sirve para salvar vidas. Por eso no es de extrañar que sean los verdaderos protagonistas de las actividades divulgativas, las charlas en los colegios, o las visitas a los hospitales, porque en el fondo, a veces los héroes no tienen capa, son peludos y tienen cuatro patas.

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LOS PERROS, ALGO MÁS QUE NUESTROS MEJORES AMIGOS

Quien tiene un perro sabe de su lealtad, de la incondicionalidad, del amor infinito que les guía, pero también de los madrugones de los domingos para dar un paseo, de los calcetines perdidos, o de la cama y los sillones compartidos.

No hay dos personas iguales ni dos perros iguales, su personalidad, su ADN, su educación influyen en la manera de ser, de comportarse, y lo demás depende de las cualidades del perro, pero también de la capacidad que tengamos para que aflore toda su actitud e inteligencia emocional.

Aunque su sola presencia y su acompañamiento ya reporta un beneficio, cada vez son más los perros que son entrenados específicamente para ayudar y proteger. Conocemos a los perros guía, que la ONCE selecciona y entrena específicamente para la atención y el acompañamiento de las personas ciegas, conocemos a los perros que ayudan a la policía a detectar droga o explosivos, también a los que las sociedades de pacientes entrenan para detectar enfermedades como el cáncer en humanos, y atender a personas que sufren ataques epilépticos, arritmias y otro tipo de patologías. Y ahora además a estos amigos que salen "a jugar" a miles de kilómetros de casa buscando a personas que de otra manera no podrían ser encontradas.