La Ventana Andalucía
Opinión

'Missing' el castellano

La periodista Ana Huguet reflexiona en su columna de La Ventana Andalucía sobre el creciente uso de los anglicismos

La columna de Ana Huguet (13/11/2023)

Jerez

Uno de los aspectos más controvertidos y rechazables del pacto de investidura firmado entre PSOE y Junts es el concepto lowfare. Es un vocablo inglés usado desde este siglo, desde 2020 de manera más frecuente en Latinoamérica, que ya todos repetimos como papagayos, pero que cuando escuchamos por primera vez hace unas dos semanas en el relato de las negociaciones entre ambos partidos, pensamos: ¿’lou’ qué?

Ya les digo desde el principio que ni entiendo ni comparto esta fiebre por el uso de anglicismos. Empezamos cediendo el retrete y el emparedado a cambio del váter y el sándwich; normalizamos pronto el okey y perdimos completamente la batalla cuando aceptamos overbooking, que no es más que un eufemismo de estafa. Después llegó el selfi, el wifi, el flashmob, backstage, bluetooth, el peeling, el low cost, el stock, la web, las cookies, el pen drive, el chat, el copyright, el short, los leggings, el parking, lobby, holding, el feedback, el blog, el link, online, el post, el meme, el bullying, el mobbing. El listado es interminable. También hemos normalizado showcooking, fake y hasta el dumping fiscal. Todas estas palabras tienen un término en castellano, pero los omitimos a diario.

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Reconozco que algunos anglicismos me irritan más que otros. Me resulta realmente ridículo escuchar hablar entre andaluces o hispanohablantes de briefing, networking, coach, brunch, streaming o dress code. El anglicismo esnob tiene además capítulo aparte en el ámbito laboral. Llaman startup a una empresa primeriza; coworking a la oficina compartida; free lance al autónomo; call center al centro telefónico; hub a un área; cluster a grupo; tracking a seguimiento, y CEO al director ejecutivo.

Me gustan los idiomas y por eso defiendo el buen uso y la protección de una lengua como el español, la segunda más hablada del mundo solo superada por el chino mandarín y la que, según recoge el Instituto Cervantes en su memoria anual, eligen 24 millones de personas en el mundo como idioma extranjero.

Termino como empecé, con el vocablo lowfare. Habilitamos auriculares en el Congreso para preservar las lenguas minoritarias del Estado mientras maltratamos y adulteramos el castellano desde la calle, los medios de comunicación, las instituciones y hasta en el escrito de un pacto de investidura. Avanzamos sin remedio missing el castellano.