Un estudio de la Universidad de Huelva desmonta falsas creencias al demostrar que la migración es un motor clave para el progreso económico y social
La investigación, centrada en los casos de Lepe y Moguer, invita a percibir el fenómeno migratorio como oportunidad
"Hay que desmentir la migración como factor de conflicto"
Una investigación elaborada por la Universidad de Huelva recoge la relevante contribución de la migración al desarrollo social y económico de las localidades donde se asienta. El estudio denominado 'Impacto económico de la inmigración en la provincia de Huelva : casos de Lepe y Moguer', se centra en estos dos municipios onubenses que, por su importante actividad productiva, vinculada a la producción de frutos rojos, concentra una fuerte presencia de mano de obra extranjera. La publicación financiada por la Diputación provincial de Huelva, fue realizada por los docentes e investigadores Antonio José Carrero, Mónica Montaño Garcés y Juan Antonio Márquez, miembros del Instituto de Desarrollo Local de la Universidad de Huelva.
El estudio arroja que la población inmigrante representa para el municipio de Lepe unos beneficios cercanos al 73.61%, arrojando un beneficio global que ascienden a 24.868.025 euros en el ejercicio de 2022. En Moguer el beneficio supone 413%, arrojando una aportación global de 81.967.843 euros. Para 2020 el PIB imputable a los extranjeros en Lepe sería de 129 millones y el de Moguer 142 millones.
El PIB imputable a los extranjeros en Lepe sería de 129 millones de euros y el de Moguer alcanza los 142"
Mónica Montaño, profesora de la Universidad de Huelva y autora del estudio, ha subrayado que la investigación viene a subrayar "la importancia del impacto económico y social que tiene la mano de obra inmigrante en la provincia y a desmentir los mitos alrededor de la migración como un factor de conflicto". Mónica Montaño señala que, en la medida en que las localidades incorporen de una manera estructural la migración en sus planes de desarrollo, se dejará de percibir el fenómeno migratorio como un factor adverso para visibilizarlo como "oportunidad".
El análisis es más amplio. También aporta datos basados en otros tres indicadores, que tienen que ver con el impacto de la migración en la renta inmobiliaria, en su aportación a la Seguridad Social y en la producción agrícola fresera. Lepe recibe por rentas de alquiler anualmente 6.048.100 euros y Moguer 11.277.100 euros. El estudio también refleja lo que ambos municipios dejan de percibir tanto por viviendas vacías como por el recelo a alquilar a extranjeros. Lepe deja de percibir anualmente más de tres millones por renta de alquiler, que en el caso de Moguer supera los dos millones. En un escenario ideal, el estudio calcula que el alquiler representaría para la economía local más de 10.447.100 euros y Moguer alcanzaría los 13.638.450 euros. El estudio reseña la actividad comercial generada por los inmigrantes. En Lepe hay 60 locales alquilados por extranjeros por un promedio de 800 euros mensuales y en el caso de Moguer son 49 por un promedio de 900 euros mensuales.
Mónica Montaño, investigadora de la UHU
La publicación afirma que "la economía local de Lepe y Moguer se beneficia económicamente de la inmigración, inicialmente porque el ingreso de la población inmigrante al mercado laboral ha permitido mantener de manera estable y en crecimiento paulatino la agricultura como actividad económica principal que sustenta la mayor fuente de trabajo e ingresos". De la producción de fresa exportada y obtenida en Lepe, recoge el estudio, "aproximadamente unos 19,875 millones de kilos, el 56,47%, son recogidos con mano de obra extranjera". La producción de fresa recogida por trabajadores migrantes en este municipio aporta 17.103.503 euros. Para la campaña 2021-2022, la aportación de los trabajadores inmigrantes a la producción de fresas de Moguer se calcula 65.612.069 euros. Mónica Montaño precisa que para visualizar la importancia del impacto migratorio cabría imaginarse "que se fueran los migrantes de estas localidades" y "nos daríamos cuenta del gran descalabro económico y social que representaría para estas localidades y la provincia en su conjunto".
Mónica Montaño sobre el descalabro económico y social
La mayor parte de los extranjeros se insertan en nichos laborales poco o nada apetecidos por los trabajadores nacionales, siendo imprescindibles para el sistema productivo español. Por lo que consideran necesario abandonar el mito de la competencia y ahondar en la complementariedad.
El migrante trabaja, vive, sueña y construye proyectos"
El reto de la publicación es avanzar en la construcción de una visión de la migración como un elemento de cohesión social y territorial, que brinda oportunidades de crecimiento armónico no solo a los pueblos perceptores de mano de obra, sino también a nivel comarcal y provincial, generando sinergias de repoblamiento y redistribución de la población y de la riqueza generada por los extranjeros "Hay muchos sectores que se deben potencializar porque la gente trabaja para vivir, no vive para trabajar y los migrantes trabajadores también hacen inversión en su descanso, disfrute, crecimiento y desarrollo personal", afirma Mónica Montaño. "No podemos quedarnos con la idea de que el migrante viene al campo y desaparece. El migrante viene, trabaja, vive, compra, sueña igual que todos nosotros y construye proyectos de vida", subraya la autora.
Lucía Vallellano
En un mundo tecnológico, enamorada de las humanidades....