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'Aroma de Romero', el libro fotográfico de los Arjona en el 90 cumpleaños del Faraón de Camas

La obra se ha presentado este lunes en la Fundación Cajasol y se puede adquirir en la web fotoarjona.com

De izquierda a derecha, Manuel Ruiz Rojas, de la Fundación Caja Rural del Sur; Antonio Sanz, consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía; el maestro Curro Romero, Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol; y los fotógrafos Joaquín y Agustín Arjona / Andrés Alfonso Quiles

Sevilla

La Fundación Cajasol ha acogido este lunes en su sede de la Plaza de San Francisco la presentación de 'Aroma de Romero', el libro fotográfico de la prestigiosa firma Arjona que ve la luz justo en la semana en que el Faraón de Camas, Curro Romero, celebra -el viernes 1 de diciembre es la fecha concreta- su 90 cumpleaños.

Este libro de arte, homenaje al 90 aniversario del maestro Curro Romero, recopila una selección de las mejores fotografías que posee el archivo Arjona desde su debut de becerrista en 1954 hasta la retirada del Faraón de Camas de los ruedos en el año 2000. Más de 150 fotografías, muchas de ellas inéditas, ilustran un magnífico texto escrito por el cronista taurino Álvaro Acevedo, donde analiza con exquisita profundidad y sensibilidad la personalidad, la tauromaquia, los valores, el significado y la trascendencia de este mito vivo del toreo. El prólogo lleva la firma de José Carlos Arévalo.

Una cuidada edición de lujo en pasta dura con las mejores calidades de acabados e impresión, un elegante diseño y unas bellísimas imágenes todas ellas en blanco y negro, hacen de este libro una obra indispensable en el salón de cualquier aficionado a la tauromaquia que se precie. El libro tiene un formato de 33 x 25 cms, y consta de 208 páginas impresas en papel premium de 150 gr.

Envío GRATIS a España y Portugal, de venta también para resto de Europa (Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Holanda, Bélgica, Luxemburgo) y próximamente en México. La obra se puede adquirir pinchando en este enlace.

La dinastía de los Arjona

El recordado Antonio Ordóñez decía que nada capta mejor el sentimiento del toreo que la fotografía. Seguramente el maestro de Ronda llegó a esta conclusión después de ver alguna instantánea de su amigo Pepe Arjona (Sevilla, 1921-2000), el fundador de una dinastía de fotógrafos taurinos que llega hasta nuestros días. Los Arjona han heredado la capacidad artística de plasmar en imágenes la armonía del toreo y su sentimiento. Esta firma lleva más de cien años captando, negativo a negativo, la historia del toreo. Tanto es así que muchos aficionados han construido su memoria histórica —incluso la de los toreros que nunca vieron en la plaza— a través de fotos de Arjona. Estamos, por tanto, ante una institución, un nombre que forma parte de la historia de la Tauromaquia.El padre de Pepe, Agustín González Arjona (Priego de Córdoba, 1888-Sevilla, 1962), fue un notabilísimo dibujante y extraordinario retratista que instaló su estudio fotográfico en Sevilla en los albores del siglo XX. Aficionado a los toros, muchas tardes de corrida se llevaba su cámara a la Maestranza e inmortalizaba a los toreros de los primeros años del siglo sólo por el gusto de guardar sus imágenes, y ya captó instantáneas de Joselito o Belmonte tanto en la plaza de toros de Real Maestranza como en la desaparecida Monumental Hispalense. Este primer Arjona transmite la afición a su hijo con tanta fuerza que a Pepe Arjona le pica el gusanillo del toreo, y pronto alimenta sus ilusiones en el matadero de Sevilla, como se hacía en aquella época, junto a los Vázquez, con los que entabla una entrañable amistad. Con Pepe Luis y Manolo toreó el ganado cruzado que llega al matadero y empieza a acudir a los tentaderos, en los que comienza a llevar su cámara fotográfica.

Curiosamente, esta herramienta de trabajo le acompaña incluso en algunos festejos en los que intervine vestido de luces, como aquella tarde de Sanlúcar de Barrameda en la que apareció en los carteles con otro nombre porque su padre se oponía a sus inquietudes toreras. También toreó en Utrera y como sobresaliente en Isla Cristina junto a Antonio Ordóñez y Juan Posada, pero pronto descubrió que ése no era su rumbo y se aferró con fuerza a su cámara para marcar un antes y un después en la fotografía taurina.

Corrían los años cuarenta cuando Pepe Arjona echa a andar su carrera. Su gran amistad con Pepe Luis Vázquez y posteriormente con Antonio Ordóñez marcó de forma decisiva su forma de ver el toreo y de plasmarlo en sus fotografías. Muy pronto su obra aparece en las principales publicaciones de la época.

Su trabajo trascendió las fronteras con la secuencia de fotos de Ava Gardner cayendo de un caballo en la finca de los Peralta, imágenes que dan la vuelta al mundo al aparecer en Paris Match. Son innumerables las publicaciones ilustradas con las fotografías de Arjona: desde el Cossío —en su versión antigua y en la más actual— hasta Las rutas del toro en Andalucía, pasando por auténticos best sellers taurinos como Nacido para morir o Cómo ver una corrida de toros, sin olvidar los ejemplares de la colección La Tauromaquia de Espasa Calpe, entre los que cabe destacar Estirpe y tauromaquia de Antonio Ordóñez, El último revolucionario y La guerra secreta, y otros más de contenido histórico, como el titulado Medio siglo de toreo en la Maestranza.

Agustín Arjona (Utrera, 1962) es el único hijo varón de Pepe, y aunque inicialmente sus estudios de empresariales y su afición por el fútbol ocupan su tiempo, fue en 1979 cuando se cuelga una cámara de fotos con la intención de ayudar a su padre. Cambia entonces el fútbol por los toros y, con ello, poco a poco se produce el relevo generacional en la casa Arjona, que se consolidó en 1984.“Espera”, éste era el consejo que Pepe Arjona daba constantemente a su hijo Agustín cuando éste se inicia en la fotografía taurina. Pepe era un amante del momento y enseñó a su hijo a esperar el toreo igual que un torero espera al toro en cada embroque. De la misma forma que Cartier Bresson busca en su obra lo que él llama “el momento decisivo”, Arjona se obsesiona por el instante y persigue la perfección del muletazo. Su fotografía fue distinta a todo lo que se había hecho hasta entonces. En definitiva, forja un estilo y crea escuela. La primera vez que Agustín acude a la Maestranza para ayudar a su padre, capta con su objetivo una cornada al torero Navarrito, la cual apareció al día siguiente en la portada de ABC. Éste es su primer éxito profesional y a partir de ese momento acude cada domingo a la plaza sevillana y empieza a viajar para cubrir las ferias taurinas. Comienza entonces una carrera que llega hasta nuestros días con un grado de madurez en su obra que es difícil de igualar. Como le enseñó su padre, Agustín busca la conjunción y la armonía en la fotografía, “porque en definitiva el toreo es eso”, asegura. Actualmente, la revista Aplausos es el principal soporte de su obra, que también se ha visto plasmada en un buen número de libros, publicaciones y páginas web.

La casa Arjona ha tenido siempre una máxima: “para hacer buenas fotos de toros hay que conocer a cada torero y sentirlo”. Buena prueba de que estas generaciones de fotógrafos taurinos han llevado a la práctica esta filosofía de trabajo, es que desde Pepe Luis Vázquez a El Juli, todas las grandes figuras del toreo han sido fieles clientes. Toreros como Pepe Luis, Ordóñez, Rafael Ortega, Puerta, Viti, Romero, Paula, Capea, Manzanares, Robles, Ojeda, Espartaco, Muñoz, Joselito, Litri, Ponce, José Tomás y El Juli, entre muchos otros, acuden a Arjona cuando quieren difundir o guardar el recuerdo de sus grandes obras. Ellos saben que en esta casa “se les tiene cogida la medida”, que se conoce y se sabe plasmar las excelencias de sus tauromaquias.

Este trabajo fotográfico de muchas décadas tiene continuidad en la figura de Joaquín Arjona (Sevilla, 1978), sobrino de Agustín y nieto del mítico Pepe Arjona, es la cuarta generación de fotógrafos taurinos de la dinastía Arjona que comenzara hace más de un siglo allá por los primeros años del siglo XX. Ha heredado esa sensibilidad e intuición plasmada en la armonía que debe presidir en toda fotografía. Joaquín es un ejemplo de precocidad, pues ya desde muy niño forja su afición al mundo del toro acompañando a su abuelo Pepe Arjona a corridas y al campo. En 1993, con sólo catorce años, publica su primera foto en el semanario taurino Aplausos. Fue una tarde de Corpus en la que acude a la plaza de la Real Maestranza de Sevilla con una cámara que pide prestada a su abuelo. Esta fue su “alternativa” profesional y desde entonces no ha parado de trabajar.

Con quince años formó “terna” con su abuelo y su tío para cubrir la Feria de Abril de Sevilla de 1994. Forjándose como profesional primeramente junto a su abuelo, y continuando su formación al lado de su tío Agustín, pasó a ser colaborador habitual del semanario taurino Aplausos, compaginando su vocación y trabajos fotográficos con sus estudios universitarios, licenciándose en Historia del Arte en la Universidad de Sevilla.

En 2002 da un salto profesional y pasa a engrosar como fotógrafo la plantilla de redacción de la revista 6Toros6, acudiendo a las principales ferias de España, Francia y México y realizando reportajes de campo de gran calidad. Su trabajo ha venido a enriquecer una de las colecciones fotográficas más importantes del toreo como es el archivo fotográfico Arjona, con más de un siglo.

En 2015 se publica Arjona, un siglo de instantes taurinos, obra culmen y antología de la mejor selección de fotografías de los miembros que conforman las cuatro generaciones de fotógrafos de esta casa sevillana. El libro narra, a través de excelentes imágenes, la historia desde que el toro bravo nace en el campo, hasta que llega a la plaza para ser lidiado, con todo lujo de detalles bellísimos. Un homenaje al Toro y a la Fiesta Brava a través de 100 años de imágenes.

Desde el año 2017 edita el Anuario Taurino Arjona, que consiste en una selección de las mejores imágenes de cada temporada, el misterio del campo bravo, las fotografías más destacadas de las grandes faenas y fotos curiosas de los distintos detalles de la Fiesta Brava. Un resumen fotográfico captado a través de la lente de los tres integrantes de la firma Arjona en la actualidad: Agustín, Joaquín y Agustín jr.

Joaquín es un enamorado de México, de su cultura y tradiciones. El campo bravo mexicano es su pasión, donde como freelance ha publicado varios libros de ganaderías y tiene distintos proyectos futuros encauzados en esta línea. Recientemente dirige la nueva publicación Tauro Magazine, revista cultural taurina trimestral que es un coleccionable de lujo en el que se abordan temas de historia, arte, campo bravo, mundo ecuestre, gourmet y demás reportajes interesantes plasmados con la máxima elegancia y calidad tanto en forma como en contenido.

El último eslabón de esta saga de fotógrafos es Agustín González Arjona (Sevilla, 1989), quien inicia sus pasos en el 2011, formándose y trabajando codo a codo junto a su padre Agustín y su primo Joaquín, cerrando por el momento el círculo de un nombre legendario en la fotografía taurina. La casa Arjona tiene en su archivo la historia del último siglo de la tauromaquia en España perfectamente clasificada y ordenada gracias al trabajo de cuatro generaciones unidas por la afición al toreo y la fotografía. Esta familia forma un equipo que colabora en multitud de publicaciones taurinas y digitales. Los Arjona llevan en sus genes, además de una probada capacidad artística y un gran conocimiento del toreo, una forma de ser que les distingue. Pepe Arjona ha sabido transmitir a los suyos valores tan en desuso como la caballerosidad y el señorío, además de una contrastada profesionalidad. En definitiva, un saber estar como el complemento ideal de la brillantez de su trabajo.