De la Torre defiende su gestión de Málaga en el discurso de fin de año marcado por la política nacional
Málaga
El alcalde de Málaga, Francisco De la Torre, ha destacado en su discurso de fin de año la pujanza de la ciudad y ha hecho un detallado repaso a su gestión en el ejercicio 2023 destacando los logros en atracción de empresas tecnológicas, turismo, posicionamiento internacional y viviendas, entre otras.
En una alocución que ha durado algo más de trece minutos, emitido desde el convento de San Andrés, el primer edil ha puesto en valor la llegada este año de tecnológicas como Google o Vodafone, el récord de pernoctaciones de Málaga como destino turístico, el tejido productivo con la alta creación de empresas o el reconocimiento internacional como destino para vivir y trabajar.
En materia económica y social Francisco De la Torre ha destacado el Plan para construir 8.900 viviendas, 4.100 de ellas protegidas, lo cerca de 19 millones de euros de inversión en los distritos, la financiación para el Auditorio o el tejado de la Catedral.
El alcalde de Málaga ha apelado a la necesidad de colaboración con el área metropolitana de la capital para resolver asuntos como el agua, la movilidad o la vivienda impulsando contactos como el que mantuvieron el 5 de septiembre los alcaldes de 25 localidades del área de influencia de la capital de la costa del sol.
La segunda mitad del discurso de fin de año de Francisco De la Torre ha estado marcado por la coyuntura política nacional, calificando de “legítima” la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno pero vaticinando que tendrá consecuencias “graves” que serán comprobables a largo plazo.
Críticas nada veladas al PSOE al que acusa de levantar un “muro” para dividir a los españoles para, a continuación, defender la Constitución como elemento vertebrador de España, apelar a un cambio de tono en el ámbito político y defender el papel de los ayuntamientos como elemento para recuperar la moderación.
Aquí el discurso completo
Buenas noches, malagueños y malagueñas. 2023 está a punto de acabar y me dirijo a vosotros a través de las pantallas, como cada año, para transmitiros mis mejores deseos y reflexionar brevemente sobre nuestra ciudad y los retos que tenemos por delante, que son los retos de España y de Europa en un mundo de cambios acelerados donde las ciudades tenemos mucho que hacer y también mucho que decir.
Esta noche os hablo desde el convento de San Andrés, cuya construcción inició la Orden de los Carmelitas Descalzos en el siglo XVI sobre una ermita anterior. Ahora es un espléndido equipamiento municipal cuya cuidada rehabilitación integral ha terminado este año tras casi 5,7 millones de euros de inversión entre recursos municipales y el 1,5% cultural a través de los ministerios de Fomento y Transporte. Este espacio, habilitado ahora para reuniones, era la sala del antiguo hospital.
En septiembre, Vodafone inauguró en Málaga su Centro Europeo de Innovación y Desarrollo. En noviembre, Google abrió en Málaga las puertas de su Centro de Ingeniería de Ciberseguridad, el tercero de Europa tras Munich y Zurich. La revista Forbes, basándose en un estudio de InterNations, situó recientemente a nuestra ciudad como la mejor del mundo para vivir. Málaga, al Sur del Sur, sigue ganando notoriedad y relevancia internacional. Por méritos propios, se ha convertido en una referencia, lo cual es motivo de orgullo y crea oportunidades al alcance de todos, empezando por los jóvenes. Oportunidades que seguirán incrementándose con herramientas como la Universidad de Málaga y la oferta privada que está a punto de llegar, también Escuela 42, y nuevos centros de Formación Profesional, y la Fundación Innova Instituto Ricardo Valle. Entre enero y noviembre, sólo las provincias de Madrid y Barcelona han superado a la de Málaga en creación de empresas.
Málaga es el destino que más crece en pernoctaciones entre las grandes ciudades de España, superando a Barcelona, Madrid, Sevilla, Zaragoza y Valencia. El turismo, junto a la cultura y la innovación, es uno de nuestros tres pilares. Seguimos empeñados en aumentar su calidad estimulando la apertura de nuevos hoteles de máxima categoría y mediante la ordenanza de convivencia ciudadana, que ha entrado en vigor recientemente.
Permitidme que intente resumir, sin profundizar demasiado, lo más importante de la gestión municipal durante este año:
Tenemos presupuesto para 2024, que supera los 1.000 millones de euros. Hemos aprobado el Plan de Vivienda y Suelo, que contempla 8.900 nuevas viviendas, 4.100 de ellas protegidas –2.700 en alquiler y 1.400, en propiedad–. En este momento hay 519 VPO en construcción y 665, en licitación o proyecto. Muchas promociones se destinan específicamente a jóvenes, que son el 65% de los demandantes; algunas son para mayores.
También este año hemos licitado contratos para obras y mejoras permanentes en distritos por importe de 18,9 millones de euros, lo que permitirá conservar y mantener los barrios. La transformación del eje Carretería-Álamos ha concluido, y con ella se completa la recuperación del centro histórico. Hemos adjudicado la adecuación del Campamento Benítez por más de 10 millones de euros, y se ha finalizado la obra del Parque de San Rafael.
Hemos logrado impulsar el auditorio, para el que prevemos una financiación municipal plurianual de 23 millones de euros hasta 2027 y también contamos con el compromiso de la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial e importantes empresas malagueñas. También están ahí nuestras aportaciones para la rehabilitación del tejado de la catedral, 4,5 millones, y la obra del paseo marítimo de Pedregalejo, 3,4 millones en 2024.
En 2023 ha abierto la biblioteca Jorge Guillén en este mismo edificio del Convento de San Andrés. Y hemos firmado un acuerdo con la Fundación La Caixa para la construcción del CaixaFórum, que abrirá sus puertas en 2026 frente a la comisaría de la Policía Nacional, en el distrito Cruz del Humilladero.
Este año hemos concluido 2 nuevos kilómetros de carril-bici y tenemos en construcción 1,3 más. Pronto licitaremos otros cuatro tramos que sumarán 8,8 kilómetros. Hemos adquirido 32 nuevos autobuses para la EMT: 20 de ellos, 100% eléctricos y 12, megabuses híbridos para las líneas más demandadas.
Seguimos trabajando para sostener la red de 15 economatos: hemos convocado subvenciones por importe de 1,2 millones de euros para mantener este sistema, gestionado actualmente por 12 entidades. También continuamos con el apoyo a las familias vulnerables, con todos los recursos y prestaciones que gestionamos desde los 12 centros de servicios sociales comunitarios, y a través de las 16 organizaciones de reparto de alimentos.
Se han renaturalizado y puesto en servicio las bermas del Guadalmedina como zona de esparcimiento. Se ha aprobado la creación del primer cementerio público de animales domésticos para su entrada en servicio a comienzos de 2024.
Tenemos 58 plantas fotovoltaicas operativas en edificios municipales: ya están en marcha en Parcemasa y en Tabacalera, y se ha adjudicado su instalación en la desaladora de El Atabal. Por otra parte, sigue avanzando la eficiencia energética del alumbrado público con el objetivo de que las más de 67.000 farolas de la ciudad tengan lámparas de gran calidad pero siempre de bajísimo consumo. En 2024 llegaremos al 60% y en 2025 completaremos el 100%. El cambio a LED también se llevará a cabo en 24 campos de fútbol con un presupuesto de 2,2 millones de euros.
Se han puesto en funcionamiento 14 puntos limpios de proximidad en los 11 distritos y se han invertido 8,4 millones de euros en la nueva maquinaria de Limasam, más eficiente. Además, se han mejorado e incrementado los parques infantiles, que ya son 439, y creado nuevos senderos y miradores en los parques forestales. También en 2023 hemos iniciado las obras de las nuevas instalaciones deportivas al aire libre en Parque Clavero.
La plantilla del Real Cuerpo de Bomberos cuenta con 40 nuevos efectivos y se han incorporado 65 agentes más a la Policía Local. En una noche como ésta, dejo constancia de mi reconocimiento a bomberos y policías, empleados del Ayuntamiento que velan por nuestra seguridad las 24 horas del día, los 365 días del año.
Decía al principio que las ciudades tenemos mucho que decir y que hacer. Pero algunas de nuestras respuestas requieren perspectiva metropolitana. En este sentido, la reunión que mantuvimos el 5 de septiembre, en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga, representantes de 25 municipios de la provincia fue muy importante para poner en común las necesidades que compartimos, cuya solución debemos abordar con visión de conjunto. El agua, la movilidad sostenible y la vivienda son temas en los que llegaremos mucho más lejos y seremos más eficientes si trabajamos de forma coordinada. Reuniones de este tipo deben repetirse periódicamente para hacerles ver a las administraciones nacional y regional, que son las que disponen de más recursos, cuáles son las prioridades a medio y largo plazo en nuestro territorio, uno de los más pujantes de España, que continúa ganando población y merece atención preferente.
Este año se han celebrado elecciones municipales y generales –también autonómicas, aunque no en Andalucía–. Como resultado de estos comicios, se han formado gobiernos en los que tenemos la responsabilidad de acertar y la obligación de guiarnos por el bien común y el interés general.
En Málaga, la candidatura que he vuelto a tener el honor de encabezar obtuvo un respaldo mayoritario que da a la ciudad mayor estabilidad política respecto a los dos mandatos anteriores y permite continuar desarrollando los proyectos que recoge nuestro programa electoral, convertido en programa de Gobierno. El rumbo de la ciudad, no obstante, va más allá de lo que un partido político concreto pueda plantear, y está recogido en el plan estratégico, consensuado en el seno de la Fundación Ciedes con la participación de la sociedad civil en su conjunto, incluidos los empresarios y los sindicatos.
En Madrid, el presidente Sánchez ha sido investido legítimamente. Por supuesto, Málaga va a seguir trabajando lealmente con el Gobierno de España, como con el Gobierno de Andalucía, en todo aquello que requiera colaboración entre los distintos niveles de la Administración. Pero tan legítimo es lograr esa investidura en amalgama como discrepar de los medios con los que se ha hecho realidad. Porque había una alternativa que ni siquiera se ha explorado: alcanzar un gran acuerdo entre los dos principales partidos, el PP y el PSOE, un Gobierno de concentración que habría fortalecido la democracia y los consensos básicos pactados en la Transición. En su lugar, un partido que no ha ganado las elecciones ha levantado un “muro” –cito textualmente– para dividir España en dos mitades, lo que nos retrotrae a momentos de nuestra Historia que creíamos superados. Que, de hecho, fueron superados gracias a la Constitución. Dentro de no demasiado tiempo, cuando veamos con perspectiva y en frío lo que ha ocurrido este año, nos parecerá aún más grave que ahora. Me atrevo a pronosticar que quienes han aplaudido la amalgama como un triunfo para la democracia no lo tendrán tan claro al comprobar sus consecuencias a largo plazo.
Como ha afirmado Adela Cortina, “un Gobierno no tiene ningún derecho a excluir del diálogo a una parte de la población, menos aún a construir un muro frente a ella (…). Los partidos y los grupos que representan a las comunidades autónomas más poderosas llevan las de ganar”, y “las consecuencias son inevitables: ciudadanía de primera y de segunda, según la región. La quiebra de la igualdad y la solidaridad, que siempre fueron los valores del progreso, junto a la libertad”. En este punto me gustaría recordar que Andalucía aportó muchos emigrantes: cientos de miles de andaluces, entre ellos decenas de miles de malagueños, construyeron la prosperidad de Cataluña. También conviene subrayar que la capacidad de compra de todo el mercado nacional ha sostenido y sostiene la producción de Cataluña y el País Vasco.
Lo que hemos visto este año en el Congreso de los Diputados no contribuye a restablecer la confianza de los ciudadanos en la política. Más bien al contrario, genera recelos e incrementa la desafección. Javier Cercas acaba de escribir que “tenemos una clase política cínica, irresponsable y envenenada por el poder, que no trabaja para unirnos sino para separarnos, que considera el engaño un instrumento legítimo, y pueril la mínima exigencia ética”. No me parece justa la generalización, pero tomemos nota. La política no es un problema, sino la única forma de solucionar los problemas satisfactoriamente, de institucionalizar la convivencia. Una solución integradora y siempre respetuosa con los rivales. Es decir, respetuosa con quienes no piensan como nosotros. Porque hablar de “muro” no es retórica inofensiva, sino dibujar dos bandos enemistados. Por fortuna para los españoles, los bandos y los enemigos se acabaron en 1978 y eso nos abrió las puertas de Europa. Antes de nuestra pertenencia a uno u otro partido está nuestra condición de demócratas, lo que nos une elementalmente. Sin esos cimientos no es posible avanzar.
Hace exactamente una semana, Felipe VI pronunció su décimo Mensaje de Navidad, creo que el más importante de su reinado hasta el momento, un llamamiento a la reflexión. El monarca afirmó con rotundidad que España no se puede permitir la discordia. Dejó claro que la Constitución es la única garantía de estabilidad y certidumbre para que el bienestar y el progreso alcanzados en estos 45 años continúen y lleguen a mayores cotas. Y apeló a preservar la identidad de los consensos básicos de 1978: el legado de la Transición. Como sostuvo el Rey, fuera de la Constitución no hay un proyecto de país viable; ser desleal a la Constitución es tanto como erosionar el bien común y el interés general. Somos un Estado social y democrático de derecho gracias a los amplísimos acuerdos alcanzados en la legislatura constituyente, que se plasmaron en la Carta Magna. Ponerlos en cuestión, minar la separación de poderes y gobernar bajo la amenaza de quienes quieren acabar con la España que conocemos es un error. Un error legítimo, pero un inmenso error.
El ámbito local no vive de manera tan intensa la polarización que vemos a nivel nacional. Parte de esa tensión procede de la proyección de la política como un espectáculo en el que la emoción se impone sobre la razón y eleva las voces en exceso. Los ayuntamientos, que somos las administraciones más cercanas a los ciudadanos, tenemos que ser las primeras en dar ejemplo. El discurso público debe cambiar de tono cuanto antes, y quizá la política municipal ayude a recuperar la moderación que España necesita en este momento crucial.
Mis mejores deseos en el año nuevo. Para todos vosotros, para vuestros familiares y amigos. Que nuestros objetivos compartidos se hagan realidad: la inclusión social, la accesibilidad universal, la igualdad y la erradicación de la violencia machista. El envejecimiento activo, siempre acompañados, como colofón de una vida entregada a hacer mejor nuestra sociedad por parte de los más mayores. Que os acompañe la solidaridad, el entendimiento, la concordia, la prosperidad, la salud, la educación de calidad como base del conocimiento y de todo progreso y del empleo bien remunerado. Que todos vuestros proyectos se hagan realidad en Málaga y que nuestra ciudad siga su camino de éxito. Gracias por vuestra contribución, desde el ámbito privado o el público, para que seamos lo que hoy somos: una capital deseada, reconocida y prestigiosa.
¡Feliz 2024!
Ignacio San Martín
Periodista de Málaga especializado en tribunales y motor. Responsable de 'Autoradio', programa decano...