Mi carta a los Reyes Magos

Córdoba

De pequeña me enseñaron a no pedir imposibles. Mis hermanos y yo cada año elegíamos meticulosamente los regalos (o el regalo) que pedir a los Reyes Magos. Porque en las casas de las personas trabajadoras los Reyes Magos son generosos, pero no demasiado y una aprende desde chiquitita a que las cosas se consiguen a base de esfuerzo y no mediante listas interminables. Por eso, no voy a ser demasiado ambiciosa en mi carta. Este año me he propuesto pedir cosas factibles, que se puedan conseguir y que estén al alcance de las personas que sean responsables.

Este año quiero pedir una ciudad más vivible donde las personas se encuentren y convivan y donde el dinero y lo productivo no se sitúen en el centro. También quiero pedir una ciudad más justa, donde el norte y el sur se encuentren y los barrios se equiparen. Una ciudad feminista, en la que mi hija pueda caminar libre y en la que la violencia se rechace en cada una de sus esquinas. Una ciudad sostenible donde el cambio climático se amortigüe y no afecte a los de siempre. Y, por últimos, unos servicios públicos de calidad y universales que cuiden de nosotr@s y del lugar donde vivimos. Pensaréis que es una carta de imposibles, pero en este mundo que vivimos la sensatez se disfraza de utopía y en esta carta sólo se piden los mínimos para que Córdoba sea la ciudad de todos y todas. Esperemos que sus majestades vean a bien traerme aunque solo sea una cosa de todo lo aquí expuesto.