Ocio y cultura

Un último bocado de Picasso tras el empacho de 2023

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Málaga

El año 2023 que ha terminado ha tenido un protagonista indiscutible en el arte y la cultura, ya que se cumplía el 50 aniversario del fallecimiento de nuestro paisano Pablo Picasso. se cumplía 50 años de su fallecimiento, medio mundo lo ha celebrado con exposiciones, conferencias, libros e incluso podcast. Puede que sea el momento de pasar la página y centrarnos en otros muchos temas de cultura en los que Málaga cada vez es mas fuerte. Pero en la ultima exposición del año Picasso, en el Museo Picasso de nuestra ciudad, en el epilogo a la efeméride "Picasso50" hay una obra tan importante y destacada que merece la pena un ultimo sorbo del genio del cubismo. Una obra que vienen directamente del Museo Picasso de Paris, presente en todos los libros y catálogos dedicados al genio y que esta considerada entre la docena de sus obras mas icónicas. Nos referimos al cuadro "Masacre en Corea" (1951) que se muestra en la exposición temporal "Ecos de Picasso".

"Masacre en Corea" es una versión moderna y actualizada de Picasso sobre el cuadro de Goya "Los fusilamientos del 3 de mayo". la obra de Goya hace referencia a los fusilamientos acaecidos tras la revuelta madrileña del 2 de mayo contra las tropas napoleónicas por parte de la población. Un cuadro que no solo habla de la guerra, sino también de la actitud ante la vida (y ante la muerte) de todas las personas

Picasso utiliza la misma composición que Goya, un pelotón de fusilamiento frente personas inocentes que lloran rezan o se envalentonan, pero hace referencia a la guerra que se libraba entre Corea del Norte y Corea del sur. En la obra del malagueño, los soldados son robots autómatas de cabeza cuadrada, que obedecen las ordenes de un cobarde que vuelve la espalda a lo que esta ocurriendo. Frente a los cañones de las escopetas mujeres y niños recuerdan las mismas actitudes ante la vida que Goya ya retrataba de forma magistral en su obra.

Pero en el cuadro de Picasso, como nos cuenta nuestro medico cultural José Mateos, hay un detalle técnico de esos que hace grande al artista de la Plaza de la Merced. Se trata de la luz, los reflejos dorados del sol... dejando de pintar. Picasso hizo esta obra sobre madera amarilla, a la que al parecer le había dado una mano de barniz más amarillo todavía, y dejó sin pintar los lugares donde quería que se viera brillar la luz del sol. Un truco técnico de autentico maestro que nuestro cronista ha agradecido a la historiadora Laura Delgado que ha sido quien se lo ha dado a conocer. Una obra que como siempre no gustó nada cuando Picasso la mostró por primera vez y que con el tiempo se convirtió en el gran icono de la guerra fría que apenas había comenzado en el año en el que esta tabla fue pintada.

 
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