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Chicote: "La tauromaquia promueve la lealtad, la honestidad y el respeto, valores que hoy faltan en la sociedad"

"Un torero crea una obra maestra todos los días", defiende el torero de Granada, y pide una "mayor implicación de las administraciones" en la defensa de una cultura "ancestral e identitaria"

Hora 25 Granada - A Fondo: Chicote (22/01/2024)

Granada

Chicote templa. Mide cada palabra. Cadencioso, tira de la franela sin quebrantar, sabiendo que en la entrevista expone los muslos, la femoral. Es sangre y lo sabe, porque el toro sin drama no tiene sentido. Es tragedia y es muerte. Pero acepta el envite y no titubea. Firme, dice que "la tauromaquia transmite unos valores éticos que hoy faltan en la sociedad", y concreta en términos rotundos como "la lealtad, la honestidad y el respeto", y añade que son atributos permanentes, que se promueven "todos los días, desde un chaval que está en el campo hasta una máxima figura cuando va a torear en Madrid". Pedro Pérez Roldán (Granada, 1971) cree que los toros siguen habitando en un espacio cultural único al que concede máxima vigencia y futuro. "El mensaje de la tauromaquia es tan fuerte, es una expresión cultural ancestral de más de tres mil años de historia tan auténtica, que ha aguantado todos los cambios de la historia porque realmente tiene la fuerza y el peso específico para aguantarlo todo", retoma despacio y mandón, antes de añadir, cauto y crítico, que "otra cosa es que en la actualidad sepamos poner en valor esa diferencia, esa originalidad, esa identidad".

Mirando al frente, Chicote tiene claro que "el sector taurino necesita una reestructuración total", y apunta que si "la cultura española se identifica internacionalmente por los toros y por el flamenco" los gobiernos tienen que comprometerse más, "hacer más accesibles estos eventos y contribuir a abaratar los costes de organización, que son muy altos comparativamente con otros espectáculos".

Aparece su padre, novillero, banderillero encastado, y Chicote se rompe, se deshace en añicos esparcidos en el suelo de sus emociones, recuerdos como trozos de cristal que dejan ver el instante, cada uno con un momento, una enseñanza, y siempre el mismo rostro terso y pícaro, atento, y la misma voz que le ha guiado desde el burladero de la vida, ya sea con un desplante, un trincherazo o un capote a tiempo.

Habla del miedo, del monstruo que va a verle cada mañana, "en cada momento desde que te anuncian en una plaza"; del miedo al fracaso, del miedo físico, del miedo a no estar a la altura, de convivir y de hablar con ese miedo durante todo el tiempo hasta normalizarlo. "Lo del coaching, esto de lo que ahora se habla tanto, lo inventaron los toreros", sonríe resuelto.