Pleonasmos
Firma de Opinión de la periodista cordobesa Irene Contreras
Pleonasmos. Irene Contreras
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Córdoba
En retórica se conoce como ‘pleonasmo’ al uso redundante de palabras que resultan innecesarias para la comprensión de una idea. Son pleonasmos, por ejemplo, "subir parriba" y "bajar pabajo", "callarse la boca" o "ver algo con los propios ojos". El pleonasmo puede cumplir una función estilística, estética, o enfática, de refuerzo de una idea. No sé cuál de las dos fue la que movió a los ideólogos de las letras aquellas que pusieron en el mirador de la Calahorra, un monograma en el que podía leerse ‘Córdoba’ y que obstruía la postal más reconocible y fotografiable de, precisamente, Córdoba misma. Un meeting point para excursiones de turistas despistados tras nueve horas de autobús. Una señal de gran formato por si vienes mirando el móvil desde Almodóvar y ya no sabes dónde estás.
Las primeras fotos de esta innovadora instalación llegaron el Día de los Inocentes, lo que alimentaba las sospechas de que aquello no podía ir en serio. No tenía mucho sentido ubicar aquellas letras frente al paisaje del Puente Romano de Córdoba con la Mezquita al fondo. Era como colgar un cartel de “vendemos pan” en la puerta de una panadería; como si la persona más famosa del mundo, Rosalía por ejemplo, se tatuase su propio nombre en la frente. Otra cosa habría sido que las letras se instalasen en un espacio difícilmente reconocible para vincularlo así a la ciudad: en el Vial Norte, junto a la bandera de España para evitar confusiones con nuestra homóloga argentina, o en la calle Gondomar, que puede prestarse a confusión al haberse igualado progresivamente a todas las calles Inditex del mundo. Pero no. Resulta que alguien -al parecer, con el aval de muchísima gente- consideró que era una gran idea obstaculizar con un redundante letrero metálico gigante la vista más famosa del que quizás sea nuestro mayor símbolo, la escena que por sí misma ya dice “Córdoba”, hasta tal punto que aparece en el escudo de la ciudad.
En un giro dramático de los acontecimientos, el fotocol de la redundancia duró dos días y medio, y aunque hasta donde yo sé nadie ha preguntado por él el Ayuntamiento ha avisado de que volverá a ponerlo allí en cuanto encuentre la manera de anclar bien las letras al suelo. Si deciden presentar la ocurrencia en Fitur podemos estar a punto de presenciar algo histórico: imaginen a los políticos de Córdoba contando a los periodistas de Córdoba lo de las letras con la palabra 'Córdoba', para que estos, a su vez, las cuenten en los medios de Córdoba a la gente de Córdoba. En retórica lo llamaríamos ‘pleonasmo’. En Capitulares, política turística.