¿Dónde está el agua?
Firma de Opinión de Julio Canto, periodista cordobés en Berlín
¿Dónde está el agua? Julio Canto
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Córdoba
Hace décadas, durante la peor sequía hasta la fecha, el entonces alcalde dijo que Córdoba no sufriría restricciones de agua porque la ciudad le devolvía al Guadalquivir más agua de la que le quitaba. Puede que el argumento fuera auténtico en cuanto a la cantidad, pero partía de una base errónea: la eternidad del agua, que llevamos años viendo que no es siempre un recurso renovable.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, entre aquel año 1995 y el 2023 la población de la capital ha aumentado sólo en 5.000 habitantes, por lo que cabe preguntarse, ¿cómo es posible que no haya agua?, ¿adónde se ha ido? Está claro que está lloviendo menos, eso es innegable, pero otro aspecto a lo mejor la encontramos en las celebradas cifras que se dieron a conocer esta semana en FITUR: en 2023 los hoteles de Córdoba recibieron a casi tantos turistas como antes de la pandemia, más de un millón. Los expertos aseguran que el consumo medio de agua por día y habitante roza los 130 litros, mientras que cuando somos turistas la cifra oscila entre los 400 y los 800.
Otro motivo puede estar en la agricultura. Hay partes de Andalucía donde se cultiva fruta tropical, olvidando que en el trópico la temporada de lluvias deja una cantidad de agua acumulada que no nos podemos imaginar en Andalucía. En 2010, el año de la última gran inundación en Córdoba, la estación meteorológica del aeropuerto acumuló unos 900 litros por metro cuadrado. Una cifra que en el Caribe, por ejemplo, se suele triplicar cada año sin problema.
Les digo esto porque, aquel año 1995 fueron muchas las familias que empezaron a meter una botella de plástico en la cisterna del retrete para reducir la cantidad de agua que éste usaba. Empezamos a cerrar el grifo mientras nos enjabonábamos las manos y a no dejar el agua correr durante el afeitado. ¿Qué más podemos hacer? No lo sé. Quizá ser igual de cuidadosos con el uso del agua, cuando nos toque ser turistas y esperar que quien nos visite haga lo mismo.