Jueces

Jerez de la Frontera

He tenido y tengo en mi familia muchos jueces. Algunos de notable significación. He convivido con ellos cercanamente y he sabido de sus resoluciones.

Todos ellos, sin excepción, aparcaban sus preferencias para dictar sentencias justas, sin mirar ideologías o siglas, simpatías o antipatías. Ejercían de hombres justos.

Por eso se me atragantan las asociaciones de jueces. Progresistas o conservadores. ¿Qué más da? Su oficio es, sencillamente, dejar a un lado lo personal, olvidar a quien juzgas, con la única guía de la ley.

Me repugna además esta suerte de intrusión de la política para manejar la judicatura, para que los jueces trabajen bajo bridas ideológicas y juzguen por criterios ajenos a la equidad. Y también que muchos jueces, por intereses, gustos o egos, hayan caído en esa trampa.

Para que el invento funcione no debe haber jueces conservadores o progresistas, sino solo jueces.

De lo contrario, prefiero las sentencias a pares y nones; que es más barato.