La Ley de la Segunda Oportunidad: la mejor solución frente a la insolvencia


La insolvencia es una situación que puede afectar a cualquier persona, independientemente de su situación socioeconómica. En España, se estima que hay más de tres millones de personas en situación de insolvencia. Una situación extrema que no solo tiene un impacto económico y financiero. Afecta tanto desde el punto de vista social y psicológico, llevando a los afectados a situaciones críticas como perder su vivienda, su trabajo y su capacidad de generar ingresos. También pueden sufrir aislamiento social, pérdida de autoestima y estigma.
Para minimizar los daños provocados por deudas, España promulgó en el año 2015 la Ley 25/2015, más conocida como Ley de Segunda Oportunidad, cuyo objetivo final es que tanto personas particulares como autónomos que han adquirido deudas difíciles de devolver al haber caído en una situación crítica tengan una opción para resolverlas, llegando incluso a la exoneración de la deuda en determinados casos. Es, por tanto, una herramienta legal para ayudar a las personas insolventes a empezar de nuevo cuando caen en la insolvencia.
Qué es la insolvencia
Una persona o empresa cae en la insolvencia cuando es incapaz de cumplir con sus obligaciones financieras como el pago de deudas. Una situación a la que se puede llegar por diversas razones: pérdida de ingresos, el aumento repentino de los gastos o una mala gestión financiera.
Aunque los afectados suelen ser conscientes de su situación, las personas de su entorno pueden desconocer la situación. De ahí que es importante, sobre todo para familiares y amigos, conocer algunos síntomas que pueden advertir de esta insolvencia: incumplimiento de pagos, devolución de recibos, acoso de acreedores o la imposibilidad de cubrir los gastos básicos.
Reconocer estas señales a tiempo y buscar ayuda profesional es crucial para evitar que la situación empeore. Sin embargo, cuando no se ha podido evitar y se está en una situación agónica, aún hoy es posible superar la situación gracias a la Ley de Segunda Oportunidad.
Consecuencias de la insolvencia
Como podemos imaginar, las consecuencias de la insolvencia pueden ser graves. Muy graves. El embargo de bienes, la ejecución hipotecaria y problemas legales son solo algunas de ellas. Ante esta situación, buscar el asesoramiento experto es esencial a la hora de encontrar esas soluciones que van a hacer posible salir del pozo. Para los que desean comenzar de nuevo, la Ley de Segunda Oportunidad puede ser la mejor opción.
Si bien es cierto que es posible subsanar la deuda por medio de otros procesos como la renegociación particular de deudas, la venta de activos no esenciales o la declaración de concurso de acreedores, la Ley de Segunda Oportunidad se ha erigido como la mejor solución en las situaciones de máximo estrés.
Esta ley es un recurso legal para renegociar o incluso eliminar total o parcialmente las deudas de la persona solicitante, bajo circunstancias en las que no puede hacer frente a su pago. Al contrario de lo que algunos suelen pensar, no es solo una solicitud para librarse de deudas. Tal y como explican los expertos, es un proceso similar al concurso de acreedores de las empresas, pero aplicado a personas físicas.
A este recurso sólo se pueden acoger personas, ya sean particulares o autónomos. Nunca las empresas. Sin embargo, no todos pueden hacerlo. Los interesados en acogerse a este recurso legal deben cumplir una serie de condiciones, entre las que se encuentran:
- Ser persona física. Pueden ser tanto personas físicas o autónomos.
- El afectado debe ser insolvente, lo que quiere decir estar en quiebra y no poder hacer frente a las deudas.
- El deudor no tiene que haber contraído la deuda tras actuar de forma deshonesta o fraudulenta.
- La deuda debe ser inferior a 5 millones de euros.
- No haber sido declarado culpable de un concurso de acreedores.
- No haber solicitado la Ley de Segunda Oportunidad en los últimos cinco años.
Este proceso judicial, dependiendo de la complejidad del caso, puede durar hasta 18 meses, que es el máximo legal establecido. Para acogerse a este mecanismo es necesario contar con un abogado y un procurador, ya que serán los encargados de llevar todo el proceso debido a la complejidad del mismo. El despacho de abogados Reclama por mí ha demostrado una larga experiencia en este tipo de casos con millones de euros exonerados a sus clientes.
En situaciones desesperadas, como las que hemos visto al inicio de este artículo, la Ley de Segunda Oportunidad se erige como la única solución para tomar el control de su vida para cientos de personas cada año. Liberarse de la carga de una deuda es un paso para, en definitiva, reconstruir sus vidas enteras.

Sonia Camacho
Sonia Camacho es directora de Bética de Comunicación y fundadora de Estudio 530. Comunicadora andaluza...




