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Málaga es la segunda provincia española en fraudes al seguro de coche

Parte de seguros / Línea Directa

Málaga

Málaga es la segunda provincia española en fraudes al seguro de coche, uno de cada diez partes en esta provincia es falso

Solo Cádiz supera a Málaga. Según el informe de Línea Directa, el once por ciento de los partes estudiados en esta provincia eran un intento de fraude a la compañía.

El perfil más habitual de defraudador al seguro es un hombre joven de menos de 30 años desempleado o con un trabajo precario aunque se han sumado varones de más de 40 que intentan obtener un dinero extra o no pagar una reparación según un informe de Línea Directa Aseguradora.

La estafa más común es tratar de incluir en el parte daños ajenos al siniestro, siendo más habitual en un coche antiguo, en el lado derecho del vehículo y, generalmente, por no tener cobertura en su seguro para reparar los daños declarados.

Las razones de este incremento están en la reducción del poder adquisitivo por la inflación y el alza de los tipos de interés.

Y a ello suman las aseguradoras las mafias, grupos organizados que simulan accidentes o los provocan para reclamar daños personales y que suelen hurtar a las compañías una media de ocho mil euros por lesiones inexistentes.

Línea Directa Aseguradora han logrado desenmascarar y que se recogen en el “VII Barómetro del Fraude en el Seguro de Autos y de Hogar”, que analiza más de 110.000 intentos de estafas ocurridos en 2021 y 2022. Además, el informe, el primero y más extenso de todo el sector asegurador, desgrana la evolución que ha tenido el fenómeno del fraude al seguro en los últimos 14 años (2009-2022) y analiza la actividad de las numerosas redes organizadas que tratan de engañar a las aseguradoras.

La conclusión más importante del informe es clara: el fraude al seguro de Autos no para de crecer, ya que el 8,8% de los partes que se declararon al seguro en los dos últimos años fueron intentos de estafa, casi 5 veces más que en 2009. Las razones de este incremento son variadas: los efectos de la pandemia de la COVID-19, la situación económica, marcada por la reducción del poder adquisitivo de los ciudadanos por la inflación y el alza de los tipos de interés, y finalmente, por las nuevas formas de detección del fraude basadas en la Inteligencia Artificial, que permite identificar parámetros, señalar posibles conexiones de los implicados y destapar incoherencias en sus declaraciones.

El perfil más habitual de defraudador al seguro es un hombre joven de menos de 30 años desempleado o con un trabajo precario. En los últimos años se le ha ido sumando el de un hombre de más de 40 años que realiza estas prácticas para obtener un “dinero extra” o para no tener que pagar una reparación. La estafa más común es tratar de incluir en el parte daños ajenos al siniestro, siendo más habitual en un coche antiguo (de 11 a 14 años), en el lado derecho del vehículo y, generalmente, por no tener cobertura en su seguro para reparar los daños declarados. En cuanto a la época, se ha detectado un trasvase de estafas desde el verano al otoño (meses de octubre y noviembre), siendo los lunes y martes los días de la semana más propicios para los engaños.

Las redes organizadas recuperan su actividad

Aunque el fraude individual al seguro constituye una práctica censurable, lo que más preocupa a las aseguradoras son las redes organizadas, grupos de delincuentes que cometen fraudes “en carrusel” a distintas compañías con el objetivo de obtener indemnizaciones declarando lesiones falsas. A menudo, estas redes están conectadas con delitos mucho más graves, están dirigidas por 2 o 3 cabecillas y suelen estafar, de media, unos 8.300€ por caso, unas 10 veces más que los engaños de los conductores particulares. Los fraudes de estas bandas suelen consistir en simular siniestros que nunca han existido o, directamente, causarlos implicando en ocasiones a terceros inocentes.

Lo cierto es que, en el anterior Barómetro, el confinamiento y las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia habían causado muchos apuros logísticos a estas organizaciones. Sin embargo, la vuelta a la normalidad ha situado las actividades de estas mafias a niveles previos a la COVID-19. De hecho, en los dos últimos años, Línea Directa detectó 211 organizaciones delictivas en España, un 11% más que en el Barómetro anterior, lo que eleva a más de 900 el número de mafias identificadas en el país en los últimos 9 años.

¿Dónde se producen más estafas al seguro?

Línea Directa también ha actualizado su mapa del fraude en España mediante el análisis de los más de 100.000 fraudes detectados durante los dos últimos años en su cartera del Ramo de Autos, que cuenta con casi 2,5 millones de coches asegurados.

Por provincias, los territorios que registraron mayor proporción de fraudes son Cádiz (11,6%), Málaga (10,8%) y Cantabria (10%), todas muy por encima de la media nacional (8,8%). Además, otras dos provincias andaluzas figuran en el Top 10 del fraude: Sevilla (9,9%) y Granada (9,3%).

El resto de las provincias presenta valores inferiores a la media, encabezados por Córdoba (8,5%), Almería (8,3%), Jaén (8,3%) y Huelva (8,1%).

Las provincias españolas con menos fraudes se enmarcan en la “España vaciada”, con Teruel (3,4%), Soria (3,4%) y Zamora (4,9%) como lugares con menos porcentaje de engaños.

De esta forma, el fraude al seguro de Autos se concentraría en tres focos diferentes: el eje sureste que une Alicante y Cádiz, el eje norte, que iría desde Cantabria a Navarra y, finalmente, Barcelona y su área de influencia.

En lo referente a las mafias, Línea Directa ha establecido un indicador realizado a partir del número de mafias detectadas en cada Comunidad Autónoma y de la población de cada territorio medida en millones de habitantes. Un año más, el ránking lo sigue liderando la Región de Murcia con una tasa de 19,9 redes por millón de habitantes, que multiplica por 4,5 a la media nacional. Le siguen, a mucha distancia, Andalucía (13,1) y Cantabria (6,8).

Hogar, valores estables

En lo referente al fraude en el seguro de Hogar, el Barómetro de Línea Directa señala que los intentos de estafa en este ramo alcanzaron un 2,6% de los partes declarados. Una cifra que permite concluir que los intentos de engaño en esta línea de negocio se mantienen bastante estables a lo largo del tiempo, aunque se ha identificado cierto repunte a causa del confinamiento y de las restricciones de movilidad decretadas a raíz de la pandemia.

Las estafas más habituales suelen ser de dos tipos: tratar de que la compañía cubra un daño producido con anterioridad a la firma de la póliza y la simulación de siniestros. En lo referente a su coste medio, el importe alcanza los 556€ por parte falso, un 19% menos que en el Barómetro anterior.

Conductores que justifican el fraude

Para completar el Barómetro, Línea Directa ha querido pulsar la opinión pública sobre las estafas a las compañías de seguros, obteniendo respuestas sorprendentes. Casi el 43% de los conductores andaluces justifican engañar a su compañía de seguros, ligeramente por encima de la media nacional del 40. Además, el 63% de los automovilistas españoles que reconocen haber cometido un fraude al seguro “no se arrepienten en absoluto” de haberlo hecho. Más del 65% de los conductores andaluces afirma que denunciaría a otro conductor por dinero y a casi el 18% le han propuesto participar en un fraude, un porcentaje que supera en 5pp la media nacional.

En cuanto a los engaños más habituales reconocidos por los encuestados, el estudio de Línea Directa diferencia dos momentos distintos: la contratación y la apertura de un parte de accidente. En el primero, el engaño más recurrente es proporcionar información falsa sobre las características técnicas del vehículo, seguido de los kilómetros que se suelen recorrer cada año y de tener garaje propio. El objetivo: pagar menos en el seguro.

En lo referente a los partes de accidente, el fraude más repetido es declarar daños ajenos al siniestro y simular un golpe para obtener un beneficio económico. De hecho, el 15% de los conductores españoles reconoce que podría llegar a participar en un fraude y un 10% podría fingir una lesión si le supusiera un beneficio.

Estas son algunas de las tramas que los especialistas, peritos y detectives de Línea Directa Aseguradora han logrado desenmascarar y que se recogen en el “VII Barómetro del Fraude en el Seguro de Autos y de Hogar”, que analiza más de 110.000 intentos de estafas ocurridos en 2021 y 2022. Además, el informe, el primero y más extenso de todo el sector asegurador, desgrana la evolución que ha tenido el fenómeno del fraude al seguro en los últimos 14 años (2009-2022) y analiza la actividad de las numerosas redes organizadas que tratan de engañar a las aseguradoras.

La conclusión más importante del informe es clara: el fraude al seguro de Autos no para de crecer, ya que el 8,8% de los partes que se declararon al seguro en los dos últimos años fueron intentos de estafa, casi 5 veces más que en 2009. Las razones de este incremento son variadas: los efectos de la pandemia de la COVID-19, la situación económica, marcada por la reducción del poder adquisitivo de los ciudadanos por la inflación y el alza de los tipos de interés, y finalmente, por las nuevas formas de detección del fraude basadas en la Inteligencia Artificial, que permite identificar parámetros, señalar posibles conexiones de los implicados y destapar incoherencias en sus declaraciones.

El perfil más habitual de defraudador al seguro es un hombre joven de menos de 30 años desempleado o con un trabajo precario. En los últimos años se le ha ido sumando el de un hombre de más de 40 años que realiza estas prácticas para obtener un “dinero extra” o para no tener que pagar una reparación. La estafa más común es tratar de incluir en el parte daños ajenos al siniestro, siendo más habitual en un coche antiguo (de 11 a 14 años), en el lado derecho del vehículo y, generalmente, por no tener cobertura en su seguro para reparar los daños declarados. En cuanto a la época, se ha detectado un trasvase de estafas desde el verano al otoño (meses de octubre y noviembre), siendo los lunes y martes los días de la semana más propicios para los engaños.

Las redes organizadas recuperan su actividad

Aunque el fraude individual al seguro constituye una práctica censurable, lo que más preocupa a las aseguradoras son las redes organizadas, grupos de delincuentes que cometen fraudes “en carrusel” a distintas compañías con el objetivo de obtener indemnizaciones declarando lesiones falsas. A menudo, estas redes están conectadas con delitos mucho más graves, están dirigidas por 2 o 3 cabecillas y suelen estafar, de media, unos 8.300€ por caso, unas 10 veces más que los engaños de los conductores particulares. Los fraudes de estas bandas suelen consistir en simular siniestros que nunca han existido o, directamente, causarlos implicando en ocasiones a terceros inocentes.

Lo cierto es que, en el anterior Barómetro, el confinamiento y las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia habían causado muchos apuros logísticos a estas organizaciones. Sin embargo, la vuelta a la normalidad ha situado las actividades de estas mafias a niveles previos a la COVID-19. De hecho, en los dos últimos años, Línea Directa detectó 211 organizaciones delictivas en España, un 11% más que en el Barómetro anterior, lo que eleva a más de 900 el número de mafias identificadas en el país en los últimos 9 años.

¿Dónde se producen más estafas al seguro?

Línea Directa también ha actualizado su mapa del fraude en España mediante el análisis de los más de 100.000 fraudes detectados durante los dos últimos años en su cartera del Ramo de Autos, que cuenta con casi 2,5 millones de coches asegurados.

Por provincias, los territorios que registraron mayor proporción de fraudes son Cádiz (11,6%), Málaga (10,8%) y Cantabria (10%), todas muy por encima de la media nacional (8,8%). Además, otras dos provincias andaluzas figuran en el Top 10 del fraude: Sevilla (9,9%) y Granada (9,3%).

El resto de las provincias presenta valores inferiores a la media, encabezados por Córdoba (8,5%), Almería (8,3%), Jaén (8,3%) y Huelva (8,1%).

Las provincias españolas con menos fraudes se enmarcan en la “España vaciada”, con Teruel (3,4%), Soria (3,4%) y Zamora (4,9%) como lugares con menos porcentaje de engaños.

De esta forma, el fraude al seguro de Autos se concentraría en tres focos diferentes: el eje sureste que une Alicante y Cádiz, el eje norte, que iría desde Cantabria a Navarra y, finalmente, Barcelona y su área de influencia.

En lo referente a las mafias, Línea Directa ha establecido un indicador realizado a partir del número de mafias detectadas en cada Comunidad Autónoma y de la población de cada territorio medida en millones de habitantes. Un año más, el ránking lo sigue liderando la Región de Murcia con una tasa de 19,9 redes por millón de habitantes, que multiplica por 4,5 a la media nacional. Le siguen, a mucha distancia, Andalucía (13,1) y Cantabria (6,8).

Hogar, valores estables

En lo referente al fraude en el seguro de Hogar, el Barómetro de Línea Directa señala que los intentos de estafa en este ramo alcanzaron un 2,6% de los partes declarados. Una cifra que permite concluir que los intentos de engaño en esta línea de negocio se mantienen bastante estables a lo largo del tiempo, aunque se ha identificado cierto repunte a causa del confinamiento y de las restricciones de movilidad decretadas a raíz de la pandemia.

Las estafas más habituales suelen ser de dos tipos: tratar de que la compañía cubra un daño producido con anterioridad a la firma de la póliza y la simulación de siniestros. En lo referente a su coste medio, el importe alcanza los 556€ por parte falso, un 19% menos que en el Barómetro anterior.

Conductores que justifican el fraude

Para completar el Barómetro, Línea Directa ha querido pulsar la opinión pública sobre las estafas a las compañías de seguros, obteniendo respuestas sorprendentes. Casi el 43% de los conductores andaluces justifican engañar a su compañía de seguros, ligeramente por encima de la media nacional del 40. Además, el 63% de los automovilistas españoles que reconocen haber cometido un fraude al seguro “no se arrepienten en absoluto” de haberlo hecho. Más del 65% de los conductores andaluces afirma que denunciaría a otro conductor por dinero y a casi el 18% le han propuesto participar en un fraude, un porcentaje que supera en 5pp la media nacional.

En cuanto a los engaños más habituales reconocidos por los encuestados, el estudio de Línea Directa diferencia dos momentos distintos: la contratación y la apertura de un parte de accidente. En el primero, el engaño más recurrente es proporcionar información falsa sobre las características técnicas del vehículo, seguido de los kilómetros que se suelen recorrer cada año y de tener garaje propio. El objetivo: pagar menos en el seguro.

En lo referente a los partes de accidente, el fraude más repetido es declarar daños ajenos al siniestro y simular un golpe para obtener un beneficio económico. De hecho, el 15% de los conductores españoles reconoce que podría llegar a participar en un fraude y un 10% podría fingir una lesión si le supusiera un beneficio.

Ignacio San Martín

Periodista de Málaga especializado en tribunales...