Sequía, llegó el lobo
La firma de Raúl Ramírez Dorantes en Hoy por hoy Jerez
Jerez de la Frontera
Ya está el lobo aquí. Ya no son solo las orejas de ese lobo las que aparecen, y esta vez el lobo toma forma de sequía, de prologada y pertinaz sequía. Y no será porque no viene avisando en los últimos 4 o 5 años, claramente con un déficit hidrológico, o para que nos entendamos que no llueve. Así, si una inusual primavera lluviosa no lo remedia, el próximo verano u antes nos enfrentemos a restricciones del consumo del líquido elemento, y retrocederemos a tiempos dónde te tenías que venir de la playa tempranito si te querías duchar en pleno julio o agosto.
Como no hicimos los deberes cuando debía, es decir, cuando llovía, ahora las angustias y reproches. Sería razonable pensar que ha llegado el momento de ponernos mínimamente de acuerdo en cómo afrontar esta crisis que nos afecta a todos. Todo indica que no vamos por buen camino. Por poner un ejemplo, el reciente cuarto decreto de sequía de la Junta de Andalucía, se ve que no contenta a nadie, salvo algún ayuntamiento de la cuerda política del partido popular. Los consumidores, sindicatos, ecologistas e incluso agricultores y ganaderos, agrupados en la Mesa Social del Agua de Andalucía, ya se posicionaron en contra.
Para entretener más al personal, nuestro Presidente Moreno Bonilla, sigue hablando de desaladoras no terminadas o de pedir ayuda a Europa. No quiero pensar que la sequía también será motivo para confrontar con el gobierno central. Eso sí, nada de plantearnos cambios en nuestro despilfarrador modelo productivo, de no pensar en el presente de propaganda inmediato o planificar un futuro con períodos de sequías similares.
La sequía requiere de una gestión ágil y plantear acciones concretas, y en la situación actual el mantener una posición de lealtad y responsabilidad a la hora de ejercer un verdadero autogobierno. Y recordar a nuestro presidente Moreno Bonilla que el abastecimiento de agua de los ciudadanos es competencia autonómica. Así que menos excusas, parches y política del quejío permanente, y más buscar soluciones a los andaluces.
