Turistificación

Córdoba

De récord. Así está siendo el crecimiento turístico en Córdoba tras la crisis provocada por la pandemia. En 2023, según el Centro de Análisis y Prospectiva del Turismo de la UCO, se superaban por primera vez los dos millones de visitantes en capital y provincia y las previsiones para 2024 apuntan a que el sector continuará manteniendo esta tendencia ascendente.

También sin precedentes son los datos de evolución de los apartamentos y viviendas con fines turísticos. La oferta de este tipo de alojamientos se incrementó más de un 20% el pasado año, muy por encima del crecimiento nacional y autonómico. En la actualidad, el número de licencias se eleva en la provincia a más de 2.700, casi todas en la capital. A ellas se suman cerca de 300 viviendas no oficiales.

El ritmo de conversión de viviendas para uso turístico es frenético. Cada día se suman dos nuevos pisos a este censo descontrolado. El 92% de ellas en el casco histórico que empieza a presentar preocupantes síntomas de que la masificación turística y la gentrificación ya está haciendo mella en Córdoba.

Es indudable que el turismo es un motor económico de primer orden, pero urge llegar a un equilibrio entre visitantes y residentes y avanzar hacia un modelo de turismo sostenible y de calidad. Más aún si hablamos de la única ciudad del mundo que cuenta con cuatro declaraciones Patrimonio de la Humanidad.

El nuevo decreto aprobado por el Gobierno andaluz permitirá al Ayuntamiento de Córdoba limitar el crecimiento exponencial de este tipo de alojamientos que ya superan las plazas ofertadas por establecimientos hoteleros. El reto no es sencillo, pero es una oportunidad magnífica para sentarse a analizar la problemática junto con los agentes y colectivos afectados, pensar a largo plazo para definir el futuro y regular con cordura los perjudiciales efectos de una masificación turística que amenaza a la supervivencia de la gallina de los huevos de oro.

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