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Sucesos

Detenidas dos mujeres y un hombre en Jaén por falsificar recetas médicas

Lo hacían para conseguir medicamentos destinados en su mayoría a aumentar la masa muscular

Comisaría de la Policía Nacional de la capital. / Radio Jaén

Jaén

Una operación de la Policía Nacional de Jaén ha acabado con la detención de tres personas, dos mujeres y un hombre de entre 35 y 45 años por, presuntamente, falsificar recetas médicas para después conseguir medicamentos destinados en su mayoría a aumentar la masa muscular.

La Policía señala que en la denominada como Operación Talonario, iniciada el pasado diciembre, los tres detenidos han sido puestos a disposición judicial como presuntos autores de delitos de falsificación de documentos y usurpación de identidad. El hombre incluso tenía antecedentes por delitos relacionados con la salud pública.

Según se ha avanzado a los medios de comunicación, todo comenzó cuando el propietario de una farmacia informó que había detectado una serie de recetas del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) que le habían causado sospecha y con las que se habían dispensado varios medicamentos desde su establecimiento. Aludía a la forma en la que estaban rellenas, lo que le hizo pensar que podían estar falsificadas.

De esta manera los agentes iniciaron gestiones para esclarecer los hechos y comprobaron que la titularidad del talonario con el que se hacían las recetas falsas era la de una mujer de avanzada edad, a la que investigaron su entorno cercano. Estrechando el cerco se dieron cuenta que era su cuidadora la que valiéndose de su confianza se apropiaba del talonario. Una mujer que tenía relación de amistad con la dependienta de la farmacia.

Los agentes comprobaron así el papel de la dependienta de la farmacia en esta operación y la colaboración de un hombre, que hacía de intermediario entre ambas mujeres. Éste llevaba las recetas a la farmacia para que la dependienta las rellenara de su puño y letra a instancia suya y le dispensara las medicinas empleadas para aumentar la masa muscular.

Para confeccionar las recetas los números de los beneficiarios eran inventados, los pacientes ficticios y se habían usurpado los datos de los facultativos que supuestamente las prescribían. Además, los policías comprobaron que la dependienta manipulaba el programa informático para no dejar rastro, así como alteraba el documento Receta XXI.

También la Policía pudo comprobar como esta dependienta hacía creer que entregaba a los pacientes todos los medicamentos que constaban en su tarjeta sanitaria, pero se apoderaba de alguno de ellos y después pegaba la etiqueta del medicamento en el citado documento para que constase que se había entregado al paciente. Incluso, llegó a entregar medicamentos que deben darse con receta médica, sin ella.

Virgilio Moreno Valenzuela

Licenciado en Periodismo por la Universidad de...