¿Moderno, contemporáneo o raro?

Córdoba

A veces decimos que un edificio, una pintura o una música son modernas, y es probable que queramos decir que son contemporáneos o vanguardistas.

No son pocos los malentendidos que se dan en el uso de estos conceptos: modernidad, contemporaneidad, vanguardia, incluso a veces utilizados como sinónimo de raro, de incomprensible.

Coloquialmente, decimos que algo es moderno, cuando su apariencia destaca sobre la “normalidad”, y lo hace utilizando códigos avanzados a su tiempo y a su lugar.

Pero el equívoco se produce en contextos en los que se precisa de cierto rigor. Es entonces cuando se produce el error doble de llamar “modernista” en vez de moderno a un edificio construído hace poco, cuando sería más adecuado decir contemporáneo.

Vayamos a los ejemplos para aclarar el asunto: La sede del Colegio de Arquitectos de Córdoba, o la Casa Cardona de Fuente Obejuna son modernistas, La Cámara de Comercio de Rafael de la Hoz se puede encuadrar dentro del movimiento Moderno, la nueva sede de la Biblioteca Provincial, o la Ciudad de la Justicia, son edificios contemporáneos.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Terminamos por ahora con el concepto “vanguardia”: que es aplicado en arquitectura a aquellos proyectos que emplean soluciones formales, materiales o técnicas no empleadas antes, por ejemplo el Cristal Palace de Londres, que en 1851 fue el primer edificio en utilizar exclusivamente vidrio en su cerramiento. O la Mezquita de Córdoba, que fue vanguardia al emplear el arco de herradura como acodalamiento para alcanzar más altura libre de un modo más ligero. Ahora es vanguardia, por ejemplo, el empleo de soluciones que den como resultado la llamada arquitectura de energía cero, en la que el propio edificio genera la poca energía que demanda.