Juanmi, el masajista de los milagros

Hubo y habrá grandes masajistas en Almería, pero pocos pueden contar la vida y la obra del Almería de nuestros días en esa travesía del desierto por los campos de tierra, cuando las camisetas estaban contadas y el dinero justo para llegar a fin de mes. Fue testigo de los milagros de un club que le rezaba a la Virgen del Mar y ella le correspondía.

Los entrenadores confiaron más en Juanmi que en su goleador para ganar los partidos, porque se encargaba de hacer vestuario y hablar lo justo, guardando debido silencio para no molestar y así sumar. Se llama Juan Miguel Sánchez Pérez pero para todos es Juanmi el masajista

¿Quién es Juanmi?

Soy una persona normal de 58 años que tiene el ‘Bar Casa Juanmi’ pegado a la calle Murcia donde antes estaba ‘La Gamba de Oro’. Me considero una persona íntegra y seria. Ya está.

¿Y de niño como era?

Nací en la calle La Palma y estudié como tú en Los Franciscanos y me hice masajista gracias al mítico Claudio Pimentel.

Su padre era famoso.

Y que lo digas, ya que lo premiaron por hacer la mejor leche merengada de Almería en la cafetería Tívoli. Qué recuerdos más bonitos me vienen con la gente hasta la puerta y mi padre siempre tan querido.

La hostelería le ha brotado tarde a Juanmi.

Hace unos siete años puse el bar con mi hermana Rosa María. El Tivoli cerró hace unos 30. Mis padres ya no viven y somos dos hermanos muy unidos.

Sería buen futbolista.

Jugaba al fútbol sala en aquellos años del boom y a la larga me vino bien para entrar en lo que luego ha sido mi mundo.

Mítico del fútbol sala.

Llegué con Juanchi Miralles y Manolo Cardila al equipo del Grupo Deportivo Blanes y lo ganamos todo, ha sido una de las etapas más felices de mi carrera.

¿Siempre ligado a Blanes?

Siempre, gracias a Guillermo tenemos fútbol en Almería, porque es una persona íntegra y pagadora. Un señor de pies a cabeza que hizo mucho por Almería y ha sabido rodearse de muy buena gente para realizar sus proyectos en la empresa y en el deporte.

¿Cuándo llega al Almería?

Tengo el escudo de oro que me entregó Guillermo Blanes porque entré en el 1989 y salí en 1996 cuando ya él no era el presidente del club. He vivido toda la etapa de los ascensos y tengo los mejores secretos de aquellos capotazos de La Patrona y de lo que Almería llamó milagros del fútbol.

Cuénteme un milagro.

Eso es secreto profesional y lo sabemos los que hemos mamado el Almería y lo llevamos en el corazón.

Con razón me decían que eras un hombre de vestuario top secret . No abre usted la boca.

En mí han confiado los entrenadores, los jugadores y la directiva. Lo mío era dar masaje y mantener sano el vestuario y lo conseguí.

¿Pero hubo o no hubo milagros y capotazos?

Muchos, pero no venían del cielo porque se ponía mucho de nuestra parte para que sucedieran. Y hasta aquí puedo leer porque el mundo del fútbol es muy complejo.

¿Se enteraba de todo?

El primero, porque yo estaba en lo mío con las orejas tiesas y me enteraba de todo. Y me lo guardaba para mí. Si algún día escribo mis memorias te enterarás.

Rezaba para los capotazos.

Yo, solo me acuerdo de Dios cuando lo necesito. Soy religioso pero no rezo ni soy practicante, pero cuando las cosas vienen mal toca llamar al Cielo y pedir ayuda.

¿El mejor entrenador que ha tenido Blanes?

Pepe Cayuela, sin duda, era ganador y sabía motivar como nadie. El Boquerón Esteban era muy grande y no debemos de olvidar a Stielike que no tuvo suerte.

¿Cuántos futbolistas amigos de Juanmi?

Todos los que quieras, no recuerdo mala relación con ninguno y en los malos momentos se conocen a las personas. Si con alguien me llevé mal se me ha olvidado.

¿Ya no es del Almería?

Todos somos del Almería y hablamos y lo queremos mucho: pero no lo vivo como antes. Estar dentro es muy diferente a verlo por la televisión y te lo dice un masajista de toda la vida.

No vive del fútbol.

Decía mi padre que la vida son etapas, y ahora me toca vivir otra en la hostelería como hizo él durante toda su vida. Gracias papá.

Soltero y sin compromiso.

No he encontrado el amor de mi vida, pero te puedo decir que tengo muchos amigos y me siento muy querido por mi hermana y la gente que me rodea.

¿Por qué le quieren?

Por lo que te dije al principio. Me llevo bien con los que me rodean y soy correspondido. No hay más.

Se lo diré. Con usted no hubo manera de sacar temas de vestuario jamás.

Tuve grandes maestros en el Almería. Juanchi Miralles, Manolo Cardila y, a Guillermo Blanes no le gustaban los chismes. Por eso siempre te daba portazo, pero siempre nos llevamos bien. Y ahora nos queremos más.