Desplegando alas

Jerez de la Frontera

La pasada semana celebramos el día de San Valentín. Con defensores y detractores, para Pepe y para mí siempre ha sido otra `excusa´ para decirnos: “te Quiero”, y tener un gesto adicional, aunque bien podría haber sido cotidiano. Si la mitología es cierta, la imagen de este día, Cupido, nos cambió la Vida; porque con flecha de oro acertó de pleno en ambos Corazones y nos proporcionó toda la felicidad que podíamos desear.

Este pequeño, alado y travieso, Cupido, es a fin de cuentas un angelito. Los que me conocen saben lo que me gustan; de hecho, colecciono angelitos desde hace muchos años.

El día que se alboroten peligra nuestro edificio…; son bastantes, sí. Mi colección es resultado de todos los viajes que, gracias a Dios, hemos tenido ocasión de hacer, encontrando alguno o bien yendo a buscar el representativo de una localidad; asimismo, de los gestos de cariño de quienes, sabedores de mis gustos, se tomaron la molestia de identificar uno especial para mí. No pocos se han incorporado sin fecha señalada porque sencillamente algunas personas, cercanas y especiales, me dedicaron un pensamiento.

Todos están en casa; en su casa. Los otros Ángeles, los de mi Vida, también; solo que, aun sintiendo su presencia, nos hablamos, me Protegen, desde otras dimensiones, desde otra distancia… Así que los de la colección añaden siempre Ternura y matices a mis Recuerdos.

Por cierto, tenemos otras colecciones en casa. Pero permítanme que de ellas les hable en otra ocasión.

Gracias y un saludo.