Lujo cotidiano

Córdoba

Aunque el tiempo está loco, y ya hemos olido el azahar durante el pasado mes de enero, a los pocos días hemos pasado de nuevo a los abrigos y,definitivamente, se nos ha olvidado dónde tenemos los paraguas de lo poco que los usamos, por suerte las festividades religiosas nos siguen ordenando las estaciones. Los disfraces de carnaval y la locura de capirotes en los escaparates y olor a incienso por las calles nos recuerda que estamos terminando el invierno. A partir de ahora empieza un no parar de celebraciones distintas, de que se nos eche el tiempo encima y de no pasar un fin de semana sin una fiesta en la que enredarnos, desde aquí hasta que termine el mes de mayo.

Reconozco que me encanta la época que comienza, que la luz me tira a la calle y que soy de las que está dispuesta a vivirla disfrutando del lujo que supone poder salir de casa y oler, sentir, pasear nuestra ciudad. Ese lujo cotidiano que hace cuatro años, de repente, aprendimos a valorar cuando nos lo quitaron de un día para otro. No olvido la vista de mi calle desde la ventana, con los naranjos en flor y totalmente vacía y silenciosa. Desde entonces he dejado de verle inconvenientes al ruido y el bullicio de la gente.

Feliz CasiPrimavera a todos