Málaga recibe a 20.000 refugiados ucranianos desde el comienzo de la guerra

Málaga

Se cumplen este sábado dos años del comienzo de la invasión rusa de Ucrania. Desde entonces, 20.000 refugiados de ese país han conseguido protecciones temporales en Málaga para poder residir y trabajar, casi el 70 por ciento de la registradas en Andalucía desde el comienzo de la guerra, según datos del consulado de Ucrania. La mayor parte de las familias que se encuentran en la provincia son madres con hijos pequeños cuyos maridos se quedaron en el frente combatiendo.

La cónsul de Ucrania en Andalucía, Murcia y Baleares, Svitlana Kramarenko, ha agradecido el apoyo de las administraciones, de las oenegés y de las familias con los refugiados durante estos dos años: “Estas organizaciones están en comunicación diaria con los ucranianos y se ocupan de sus problemas diarios, de su integración, les ayudan con el idioma, a encontrar trabajo. Y si hablamos de los ciudadanos españoles, muchos abrieron sus puertas para acoger familias ucranianas y les siguen apoyando en estos dos años. Es muy conmovedor para nosotros, es muy especial, siempre toca el corazón”.

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La comunidad ucraniana residente en Málaga celebra diferentes actos y concentraciones este sábado, uno en la plaza de la Marina y otro en la plaza de la Constitución, donde se ha llevado a cabo misas y un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas.

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En estos dos años, se calcula que más cinco mil personas que habían llegado a Málaga decidieron volver a sus hogares en Ucrania, según la asociación Casa Ucrania. Pero otras sigue llegando a la provincia, donde se asienta una de las mayores colonias del país de ucranianos y les resulta más fácil tejer redes. De hecho, Málaga registra actualmente lista de espera en el CREADE (el centro de ayuda instalado para atender a estos refugiados) para realizar trámites como obtener la residencia temporal o entrar en la red de alojamientos, según Maryana Kasiv, presidenta de la asociación Casa Ucrania. “Las citas van por finales de abril”. Kasiv destaca que encontrar una casa asequible no resulta fácil en la capital, así que muchas veces se desplazan a pueblos de alrededor y que uno de los grandes objetivos es encontrar trabajo. Destaca, eso sí, las dificultades que encuentran sobre todo las madres que vienen solas con sus hijos para poder conciliar entre la vida laboral y el cuidado de los menores.

Este colectivo se enfrenta con incertidumbre a lo que ocurrirá a partir de 2025, cuando decaen las órdenes de protección en Europa a los refugiados ucranianos.