Así se está restaurando la Macsura desde los tejados de la Mezquita-Catedral

Córdoba

Para acceder a las cubiertas de las cúpulas de la Macsura, el espacio dedicado al califa que construyó Alhakén II en el siglo X, hay que acceder al tejado de la Mezquita-Catedral. "La quinta fachada", llama el arquitecto Gabriel Rebollo a la encrucijada de tejados de todas las naves y espacios que conforman un monumento único. Tejados que se recorren a través de pasarelas y escaleras. Seguras, pero que ponen a prueba el vértigo del visitante que accede a esta zona que permite un punto de vista diferente. Y, por supuesto, desde donde se ve toda la ciudad.

En las cubiertas de las cúpulas de la Macsura lucen los andamios que permiten a los profesionales acceder a ellas, retirar las tejas, comprobar las estructuras de cemento en las que descansan. También hacer aberturas en esas estructuras que procuran una cámara de aire a la parte exterior de cada cúpula y ver cómo se encuentra. Por ahora, no ha habido sorpresas. Y hay que saber que la última restauración en estos elementos se realizó hace un siglo por parte del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco (1923).

"Ahora mismo estamos desnudando las bóvedas sobre las que están las tejas, que en general están en buen estado. Son de principios del siglo XX, de Velázquez Bosco", ha explicado el arquitecto restaurador del monumento. Gabriel Rebollo ha recalcado el trabajo previo realizado con un equipo multidisciplinar con colaboraciones de instituciones como el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH). En este trabajo "esencial" se han empleado más de 5 años.

"Es tan importante restaurar lo que se ve y lo que no se ve", ha continuado Rebollo. Y es que esta restauración integral incluirá la restauración de los tambores exteriores donde reposan las cúpulas. "Esta va a ser una restauración muy importante porque esas celosías por las que entra la luz en la Macsura, que hace que el espacio sea emocionante, están en este elemento". Así que esas aperturas y celosías serán restauradas. La luz y el aire aportarán esa parte "no visible" pero sí sensorial de la intervención.

Y en cuanto al interior, la restauración se ha planteado en tres fases, una por cúpula, para evitar el cierre de este espacio al público de forma completa. Y se actuará en la recuperación de los elementos visibles, ya que "han desaparecido los colores, los mosaicos no están tan bien y por tanto están necesitados de restauración", ha añadido.

La obra, en la que el Cabildo invertirá más de 4 millones de euros y que durará 3 años, está dirigida por los arquitectos Gabriel Rebollo, Gabriel Ruiz Cabrero y Francisco Rebollo Piriz.

El objetivo es realizar una intervención concienzuda y duradera, que contribuya al mantenimiento y la belleza del monumento. Aunque los plazos están estudiados, el Cabildo es conocedor de que una obra de restauración siempre puede deparar sorpresas. O partes a las que dedicar más trabajo. Por ahora, los trabajos no han hecho más que empezar.