El malagueño Pablo Pineda invita a las empresas a apostar por el talento de las personas con síndrome de Down
Campaña de sensibilización / Adecco
Málaga
La presencia en el mercado laboral de personas con síndrome de Down es "exigua. Apenas un 5 % de las 23.000 que sufren esta alteración cromosómica en España están empleadas" según avanza la fundación Adecco hoy con motivo de la celebración este jueves del día mundial de esta discapacidad y coincidiendo con la presentación de una campaña de sensibilización -respaldada por más de 30 empresas- y protagonizada por el malagueño Pablo Pineda, primer diplomado europeo con este síndrome.
“En el ámbito de la discapacidad intelectual las desigualdades tienden a ensancharse, debido a un mayor desconocimiento y falta de experiencias previas que ocasionan percepciones erróneas. Esta campaña de sensibilización tiene como propósito abrir los ojos a la sociedad, inspirando cambios de actitud que pongan en valor a las personas, por encima de cualquier etiqueta” ha destacado Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
“Amo, río, lloro y sueño”: el alegato de Pablo Pineda
Pablo Pineda, "probablemente la persona con síndrome de Down más destacada de España y un referente en el ámbito de la discapacidad intelectual, ha sido el protagonista de esta campaña (Síndrome de Down, ¿te suena de algo?), en la que invita a la sociedad a enfocarse en las similitudes más que en las diferencias, ya que es “mucho más lo que nos une que lo que nos separa”.
Para ello, el malagueño "hace un recorrido por sus diferentes etapas vitales (infancia, adolescencia, juventud y madurez), demostrando que su vida es, en esencia, igual que la de cualquier otra persona: de niño jugaba y exploraba el mundo, de adolescente descubrió su pasión por la música y actualmente es un adulto que trabaja, paga sus facturas y tiene su días mejores y peores".
“Mediante estos ejemplos cotidianos quiero subrayar que no hay un nosotros (personas con síndrome de Down) frente a un ellos (resto de la población). La discapacidad intelectual no puede convertirse en un estigma, pues es solo una característica más. Tenemos que enfocarnos en aquello que nos une, en nuestras similitudes, pues en ellas encontramos nuestra verdadera conexión como seres humanos. Yo amo, río, lloro, sueño y defiendo mis ideales, como cualquier otra persona adulta”- explica.
