Malestares a las puertas de unas vacaciones
Firma de Opinión de la socióloga Isabel García
Malestares a las puertas de unas vacaciones. Isabel García.
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Córdoba
La cotidianeidad de los individuos es el mejor escenario para detectar los malestares sociales, el estado de los asuntos que cohesionan la sociedad y los riesgos de fractura o de deslegitimación de la vida política, y en momentos críticos, incluso del orden social.
Voy a describir algunos malestares cotidianos que quizá les resulten familiares: un ciudadano necesita esperar ocho meses para obtener un diagnóstico y su tratamiento (que puede suponer su fallecimiento o la cronificación de una enfermedad). Una familia no puede atender a su familiar dependiente porque no obtiene respuesta en años y cuando llega el recurso, éste ha quedado obsoleto o dicho familiar ha fallecido. Madres y padres ven el cierre de su colegio porque se prefiere mantener una ratio de 26 alumnos a mejorar la calidad de la enseñanza. Una mujer, sus hijos o todos ellos son asesinados por su pareja. Eres una mujer y no te dan cita con el ginecólogo excepto patología, pero sin ginecólogo no sabes si hay patología. Hacienda te reclama cinco euros en intereses por una deuda de una declaración que te hicieron ellos mismos. En tu barrio se comete una tropelía y el sistema tarda años en reaccionar. Y, ¿qué me dicen de nuestros vecinos y vecinas que están desahuciados, que esperan una prestación inane para comer o para vestirse?
Sociedad y Estado tienen un contrato social, cada cual debe cumplir las normas que le corresponden. ¿Qué hacemos si el Estado, el Ayuntamiento o la Comunidad Autónoma (que es Estado) no cumplen su parte? Nada. Porque carecemos absolutamente de medios para hacer efectivos nuestros derechos cuando es necesario.
En este escenario se dan todas las condiciones para caer en la irritación, en la alienación y en la desesperación social. Eso sí, mientras haya multitudes de gente entretenidas en la calle porque “carpe diem”, igual estos malestares son menos visibles.
Felices vacaciones de Semana Santa a quienes se las puedan permitir.
Isabel García.
Socióloga.