Palabra
La firma de Paco López en Hoy por hoy Jerez

Jerez de la Frontera
Fue el lingüista Ferdinand de Saussure quien nos ilustró sobre una verdad de Perogrullo: la de que una palabra es la unión de dos realidades, fondo y forma; y que esta, el significante, solo tiene sentido si se remite a su significado originario: porque lo que debe prevalecer es el contenido, el concepto, y no la forma de nombrarlo.
Por su realidad dual, la palabra es maleable: se puede operar con ella como si de una tarrina de helado se tratase; extrayéndole su apetitoso contenido y volviéndola a colocar en el escaparate, vacía, como reclamo del artero negocio. “Libertad”, hoy, es una palabra expoliada, manipulada por los paladines del populismo neoliberal más desalmado. En nombre de “su” libertad, se oponen al confinamiento de la COVID, a la regulación del mercado de la vivienda, a los impuestos sobre los beneficios extraordinarios de los bancos, a la sanidad pública, a los centros educativos mixtos.
“Libertad” –como tantas otras— es una palabra de doble dirección: se refiere al derecho individual de hacer lo que nos venga en gana, pero, más aún, al compromiso social: mi libertad termina donde empieza la de los demás.
No pongo ninguna objeción a que en Jerez se pueda cenar, libremente, a la una de la madrugada –por mi parte, más bien al contrario—; siempre que los trabajadores de la hostelería que nos atiendan a esa hora estén correctamente retribuidos y cumpliendo una jornada laboral legal.
Porque un huevo, no lo olvidemos, es su yema con su clara; no su cascarón. Tener claro esto nos permitirá elegir, honestamente, si lo preferimos frito o pasado por agua.




