Miguel Hernández, perseguido por la censura más allá de su muerte
Varios documentos muestran cómo gran parte de la obra del poeta fue prohibida hasta 1976
Cádiz
En 1960 el distribuidor de libros Joaquín de Oteyza, experto en la importación de libros desde América hasta España, volvió a darse de bruces con la censura. En esta ocasión, como muestra un documento datado en Madrid el 26 de agosto de 1960, guardado en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares, solicitaba traer a España varios volúmenes de la famosa antología de Miguel Hernández que había publicado la editorial Losada. Fue denegada. Para rechazar esa petición, un informe complementario se hacía seis preguntas. ¿Ataca el dogma? ¿A la moral? ?A la Iglesia o sus Ministros? La respuesta en todas fue "no". Hasta ahí el libro estaba salvado. Pero las respuestas a las otras tres fueron definitivas. ¿Ataca al régimen y a sus instituciones? ¿A las personas que colaboran o han colaborado con el régimen? Los pasajes censurables, ¿califican el contenido total de la obra? La contestación fue "sí" en las tres. Así que el libro quedaba prohibido.
Muchos intentos de publicar la obra de Miguel Hernández después de su muerte, el 28 de marzo de 1942 en una cárcel de Orihuela, quedaron paralizados por la censura. Esto se narra en el pódcast Imagen de mi Huella y es algo que ha estudiado uno de los máximos expertos hernandianos, José Carlos Rovira. "A Miguel la censura le ha seguido siempre, incluso después de la muerte de Franco. Hay documentos de hasta 1976". De los ocho archivos nacionales, el Archivo General de la Administración es el que conserva la memoria histórica más reciente de España, ya que sus fondos se refieren fundamentalmente al siglo XX. Allí han ido acumulándose muchos papeles que muestran cómo la obra de Miguel Hernández, y de tantos otros, fue sometida a la dictadura franquista. "Si no fueran tan dolorosos, algunos documentos de la censura darían risa por lo que dicen o cuentan", ha escrito Rovira.
Por ejemplo, en ese informe justificativo de la denegación para importar la antología de Losada se ve la absurda subjetividad de los censores. "Lástima. La supresión de algún poema y alguna frase del prólogo haría que la obra pudiese pasar. Pero hay alusiones a la tendencia política del poeta, contraria al régimen actual, y esto descalifica la obra por no poder resuelto el problema con tachaduras". Aquello fue en 1960, cuando empezó a relajarse un poco la tensión derivada de la guerra. Las prohibiciones a Hernández habían empezado mucho antes.
Rovira ha encontrado un documento casi inicial de la censura sobre Miguel Hernández fechado ocho años después de la muerte del poeta. Fue sobre 'El rayo que no cesa', el segundo de sus libros, que, al abordar temas amorosos, podía tratarse de publicar, mientras que se descartaban sus últimos poemarios de asuntos bélicos y claramente políticos. "Colección de versos muy malos y dadaístas... nada censurable", llegaba a escribir de forma despectiva el autor del informe contra unos versos que no podía censurar de otra forma.
La persecución de los libros de Miguel Hernández la sufrió Josefina Manresa y su entorno. En sus memorias, la mujer de Miguel Hernández recuerda varias visitas de la Guardia Civil buscando manuscritos o textos prohibidos. No los encontraron porque ella se encargó de guardarlos en casas de familiares. Josefina supo de personas que fueron detenidas por el simple hecho de haber guardado algún ejemplar de 'Vientos del pueblo'.
El importador Oteyza no se quedó tranquilo cuando censuraron su intento de traer a España en los 60 la antología de Miguel Hernández. Recurrió apelando al 50 aniversario del poeta, que se cumplió en aquel 1960. Pero volvió a ser rechazado "por su contenido político y expresivo de las ideas del poeta contrarias al movimiento nacional". En 1963 se permitió finalmente. Pero solo dejaron imprimirse 100 ejemplares y no se le podía dar publicidad a su llegada. Así se consiguió imprimir después de tres años de negativas.
La censura la sufrió la poesía de Miguel Hernández y también sus obras de teatro. Tuvo problemas hasta su auto sacramental 'Quién te ve y quién te ve y sombra de lo que eras', escrito en 1934, en su etapa de efervescencia católica. Ni así la censura dio aire al legado de Hernández. En 1968 se le puso reparos a una solicitud para representarlo en el Teatro Nacional de Cámara y Ensayo. "La significación política del autor es el único punto a considerar por la superioridad, pues, indudablemente, ha de aglutinar en las representaciones a los más radicales elementos de la oposición al régimen". Ni que decir tiene que 'Los hijos de la tierra', su texto dramático sobre jornaleros, de corte más beligerante, fue constantemente prohibido. Consta la censura en 1964 o 1967. "Con el teatro lo que parecía dar miedo es que se reuniera la gente de forma subversiva", recuerda Rovira.
En 1967 también sufrieron persecución los actos que se quisieron hacer en el 25 aniversario de su muerte. La Guardia Civil, como consta en la documentación recopilada por Rovira, tuvo la orden de vigilar las actividades en Valladolid, Madrid, Valencia o Sevilla. En uno de esos informes aparece el nombre del entonces ministro de Información y Turismo y posterior fundador de Alianza Popular, Manuel Fraga Iribarne. Fue en una carta que le envió el director general de Seguridad, Eduardo Blanco, en el que le alertaba de un homenaje que se preparaba en Valencia. "Entre las perlas que llegan a mis manos te envío éstas de la mas pura autenticidad y nacidas y criadas en el clima de degradación espiritual que constituye la poesía de Miguel Hernández". En esa carta había palabras también para Josefina Manresa. "Podría proyectarse una maniobra incluyendo en los profusos panfletos ideológicos de Miguel Hernández que circulan por la Universidad estas culminaciones de inspiración bellaca del pobre autor, cuyo suegro fue, como sabes, asesinado por los rojos, aunque no por ello la viuda de Miguel haya pasado a nuestro campo".
Dice Rovira que aunque se murió Franco en 1975 no se murió la rabia. Consta en el Archivo General de la Administración un informe de la Guardia Civil sobre el Homenaje de los pueblos de España a Miguel Hernández. Era 1976. Se prohibieron numerosos actos, conciertos, recitales, representaciones... En Orihuela los agentes llegaron a fichar a los 300 asistentes a un acto.
A partir de entonces pudo brotar la poesía de Miguel Hernández. Fue a través de la publicación de sus textos, de la difusión de discos con sus versos, de la recuperación de su memoria. Esa que, con su vida, había protegido Josefina Manresa, guardiana hasta el final de muchos manuscritos que durante toda la dictadura habían permanecido inéditos.
Pedro Espinosa
En Radio Cádiz desde 2001. Director de contenidos de la veterana emisora gaditana. Autor del podcast...