Mamen Jiménez, madre del chico asesinado en Palomares: "Mi hijo no debió morir esa noche. Confío en la justicia"

Sevilla

Mamen Jiménez Cifuentes, madre del joven de 18 años asesinado la noche de Halloween en Palomares del Río, ha concedido una entrevista a Radio Sevilla, al programa Hoy por Hoy dirigido y presentado por Salomón Hachuel cuando faltan solo días para que comience el juicio, a puerta cerrada, del menor acusado por el asesinato de Jesús Rosado, que este próximo 12 de septiembre hubiera cumplido 20 años.

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Tenía 18 cuando su familia lo perdió de una manera tan injusta y trágica: asesinado a las puertas de su casa. Su madre “nerviosa por el juicio”, recuerda que “Jesús venía de Sevilla, de estar con su novia y unas amigas. Cuando dejó el metro, se vino andando hasta casa”. Aunque venía con un amigo, “decidió adelantase”.

Mamen, que describe a su hijo como un chico “sano y deportista, no bebía ni consumía drogas”, sigue contando que un grupo de chicos, al menos 5, lo acorralaron frente a su casa, sobre las 3.30 de la madrugada”. “En ese momento los perros empezaron a ladrar por el ruido de una moto y yo vi a dos chicos que estaban frente a la casa. Cuando bajé me encontré a mi hijo en el suelo, boca abajo”.

Estas dos personas estaban llamando a emergencias, lo mismo que hizo Mamen Jiménez al encontrase a Jesús en la acera: “Yo no me di cuenta de la gravedad, creía que se había caído por sí mismo, porque se había desmayado, solo le vi un poco de sangre en la nariz y creía que era del golpe”. Llegaron dos ambulancias “tarde por ser la noche de Halloween, y los sanitarios estuvieron con él mucho tiempo hasta que uno se me acercó y me dijo que lo sentía, que no se podía hacer nada”.

Mamen se ha leído los casi 800 folios del atestado policial porque “yo no quiero imaginarme cosas, quiero saber cómo fue y por qué, y la verdad es que fue gratuito, mi hijo tenía la cartera, el reloj, el móvil... Fueron a por él a pesar de que iba vestido de lo más normal, con un vaquero, botines blancos y una camiseta, la sudadera la prestó porque hacía frío, así era mi hijo”.

Entre todos los detalles que nos ha dado de lo que ha leído en el atestado, Mamen ha señalado uno que produjo la muerte de su hijo: “Además de golpes por detrás y por delante –por lo menos se tuvo que defender de dos personas- tenía marcado el mango del cuchillo que le atravesó el corazón, mira que hay sitios en el cuerpo...”. “Era un chico muy fuerte, deportista, de metro ochenta, tuvo que ser atacado por muchos a la vez”.

Mamen Jiménez dice “creer en la justicia, tengo fe en ella”, ante el juicio que empezará el próximo 26 de abril, justicia para un hijo al que “quería toda la gente de todas las edades, el no confrontaba, todo lo contrario, enamoraba a las personas”.

Agradece al pueblo de Palomares cómo se volcado con Jesús que “quería ser policía como su abuelo, incluso habiendo empezado Turismo, porque le gustaba mucho viajar”.