Triunfo con sabor a permanencia en Las Palmas

Sevilla

El Sevilla firmó una victoria de mucho peso matemático, puede que definitivo, para conseguir la permanencia en primera división pero firmó uno de los peores partidos del año. La superioridad numérica de la que disfrutó nunca pareció tal y la imagen del equipo fue muy floja. En la parte positiva, y única forma de que el sevillista vea algo bueno en el partido de ayer, los tres puntos que le alejan de la zona caliente del descenso

El partido tardó poco en ponerse de cara con la expulsión, Var mediante, del central local Coco. La dejada de Isaac Romero a Gudelj en clara ventaja sobre la línea defensiva amarilla provocó una ventaja numérica que de forma inexplicable no varió el rácano planteamiento de Quique Flores. La ausencia total de fútbol del Sevilla dejó como única opción para hacer daño el balón largo. Un despeje de Nyland habilitó al hace semanas infalible Isaac Romero que definió de manera pésima una clarísima ocasión de gol. El pasó insulso de los minutos , con nula capacidad para crear una jugada con peligro no sirvió para provocar una intervención desde el banquillo sevillista. Los últimos minutos de la primera parte sirvieron para ver que Isaac Romero no encuentra la magia en la definición de la que hizo gala en sus primeros partidos con el primer equipo. Ha menguado esa valoradísima cualidad coincidiendo con las negociaciones de renovación de su contrato. Afortunadamente para los sevillistas apareció En Nesyri para rematar de cabeza un buen centro de Gudelj y traer algo de calma al equipo con su décimo primer gol en liga esta temporada.

El inicio del segundo tiempo, sin cambios por cierto por parte de Quique Flores, trajo otra ocasión para Isaac, esta en jugada ensayada,, y en la que el canterano dudo entre rematar o pasar y terminó realizando un remate híbrido sin resultado positivo. A pesar de esa prometedora puesta en escena el juego del Sevilla era incapaz de imponerse al mermado equipo local que de la mano de Sandro firmó dos claras opciones para empatar. Reaccionó con dos cambios Sánchez Flores sacando del campo a Ocampos y Badé para meter a Navas y Agoumé. La insistencia del técnico sevillista sobre la prevalencia del resultado sobre el nivel de juego en estos tiempos de dudas y miedos en el club de Nervión alcanzó uno de los momentos álgidos de esta temporada con un ejercicio de impotencia futbolística desesperante. El último tramo de partido fue una suerte de cortes y despejes de los jugadores del Sevilla incapaces de hilvanar una jugada con sentido. Un error de Aarón en los últimos instantes del encuentro que aprovechó Lukebakio evitaron que el pésimo partido sevillista tuviera reflejo en el marcador. La salvación parece cerrada pero la regeneración que va a hacer falta será muy profunda.