Vanesa y Elena, un tándem que no se frena

Esta semana, en nuestra cita con Lola Rueda y el emprendimiento, hablamos de un proyecto deportivo muy interesante, emotivo e inclusivo, en el que conocemos a Vanesa Blanco, que nació hace 47 años en Buenos Aires (Argentina), pero se crio en Cádiz desde los 6 meses. Ha jugado a baloncesto de manera semi-profesional durante 25 años, pasando por Córdoba, Oviedo, Guadalajara o Reus (Tarragona). En su etapa en Córdoba estudió Magisterio de Educación Física y trabajó como monitora de actividad física para personas mayores y en escuelas deportivas. En 2014 tuvo la oportunidad de volver a Cádiz, como cuidadora de una persona con autismo, y consiguió el título de atención sociosanitaria a personas dependientes para trabajar en Autismo Cádiz.

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En 2020 conoció a Elena Arbolí y le propuso, un año más tarde, montar un negocio deportivo en Cádiz. Al principio pensaron en pistas de pádel, pero casualmente encontraron un anuncio de Pickleball, una disciplina donde el tenis, el pádel, el bádminton y el ping-pong se dan la mano. Al darse cuenta de su potencial, se informaron a través de la asociación andaluza y la española e hicieron el primer curso de monitor que se celebró en Sevilla.

Tras encontrar una nave, comenzaron la obra para montar las pistas de Pickleball y su proyecto empresarial arrancó el 19 de marzo de 2022. Un año después falleció Elena, víctima de un cáncer, y en la actualidad Vanesa continúa al frente del negocio compaginando su emprendimiento con su trabajo como cuidadora en una residencia de autismo.