Una repensada a nuestras fiestas

Las fiestas de Mayo en Córdoba constituyen una tradición profundamente arraigada y un atractivo turístico significativo. Sin embargo, la masificación de estas celebraciones viene deteriorando la experiencia familiar, afectando negativamente la autenticidad y el disfrute de los eventos no desde este año, sino desde hace muchos.

Hace 10 años se diseñó, lo hizo mi empresa, una política de control de aforos en los patios, mediante la introducción de entradas gratuitas. Esta medida buscaba gestionar de manera más efectiva el flujo de visitantes, especialmente en zonas de alta concentración como San Basilio, donde la sobrecarga de turistas había reducido drásticamente la calidad de la experiencia (Por ejemplo, ¿saben que un visitante no visita de media más de un patio? ¿Y saben por qué? Que es lo nunca sale, porque no es cómodo la visita a los patios)

La política de entradas que demostró ser un éxito al mejorar la organización de las visitas, fue interrumpido por el siguiente gobierno municipal, que argumentó que estas medidas eran una forma de privatización de las fiestas...lo de siempre, cuando lo que escondía era cómo muchos propietarios querían seguir recaudando con su platillo en la entrada.

Pero lo que hemos visto en el barrio de Santa Marina este fin de semana, que ha sido descrito por algunos de sus habitantes como una "cárcel", hace evidente la necesidad de revisar y aprender de experiencias anteriores. Nuestro alcalde ha señalado la importancia de reflexionar sobre cómo se gestionan estas Fiestas anunciando una comisión de trabajo, y hace mucho bien,

Lo que está claro es que mirar para otra parte, porque siempre se ha hecho así, no es la solución y que requiere acción; acción por todas las partes envueltas para que ponga en el centro del debate lo que realmente importa: mejorar el disfrute y la experiencia de los cordobeses y los que nos visitan para preservar el encanto y la integridad cultural de nuestras Fiestas ya centenarias.

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