Acoso escolar y ciberacoso un problema social que analizamos con la colaboración de Grupo Ubago

La Línea

Lo primero es conocer que es el acoso escolar y el ciberacoso. Lo explica Juan Rodríguez. El acoso escolar o bullying es un tipo de violencia escolar entre iguales caracterizado por agresiones repetidas injustificadas de uno o varios estudiantes hacia otro con la intención de hacerle daño, pudiendo ser éstas de naturaleza verbal, física, psicológica e incluso exclusión social. El acoso escolar se produce siempre en el ámbito escolar, sí es en otros contextos, en la calle o en un parque, tendríamos que hablar de otros tipos de acoso. Cuando estos fenómenos de acoso están mediados por el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, hablamos de ciberacoso o cyberbullying.

Ambas formas de acoso sustituyen el respeto mutuo y la reciprocidad moral por formas abusivas de dominio y sumisión. Comparten la intencionalidad agresiva, los roles protagonistas y la repetición. En el ciberacoso, al mediar un instrumento tecnológico, el más frecuente es el teléfono móvil, además, intervienen la audiencia, la publicidad del acoso y la permanencia en las redes. Es decir, en el ciberacoso los protagonistas agresivos pueden ser observados por un gran número de personas, quedando muchas veces oculta la identidad del agresor a la víctima y ese canal, con un vídeo de la agresión, por ejemplo, puede estar abierto constantemente con el consiguiente incremento de daños y perjuicios a la víctima.

Lo normal en los roles del acoso es diferenciar entre agresor o agresores y víctima o víctimas y aquellos que son al mismo tiempo víctimas y agresores, denominadas víctimas agresivas que han sido agredidas antes y luego agreden a otras víctimas más débiles. Todo esto entre iguales, aunque en el ciberacoso también se puede dar en distintos tramos de edades, por ejemplo, un hombre de 40 años acosando a un niño de 10, puesto que en las redes se puede ocultar perfectamente la identidad y la edad.

De forma habitual estas conductas suelen entenderse como "cosas de la edad" entre compañeros. Pero hay que distinguirlo y poner límites. En bromas entre iguales algún alumno/a se puede sentir ofendido, incluso herir o malinterpretarse, sobre todo cuando el alumno en cuestión tiene dificultades con las habilidades sociales, pero no pasa de ser una broma con la intención de divertir. Las bromas, si no son excesivamente pesadas, pueden incluso crear vínculos de afecto entre compañeros. ¿Dónde radica la diferencia? ¿Cómo reconocer el acoso escolar?

En primer lugar, hay que tener en cuenta la presencia de un agresor o agresores y una víctima, sin olvidarse de los espectadores que pueden defender a las víctimas, quedarse quietos o premiar con sus risas o aplausos a los agresores.

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En segundo lugar, debe existir una auténtica agresión verbal (insultos) física o psicológica.

En tercer y último lugar, los actos de acoso deben mantenerse en el tiempo y existir un desequilibrio de poder físico, psicológico o social, como, por ejemplo, alumnos más grandes contra los más pequeños, los líderes contra los que no lo son, etc.

¿Pero como actúa la UNESCO en la prevención o afrontamiento del acoso escolar? Juan Rodríguez explica que ya en las propias siglas de la UNESCO aparece la E de educación, más la C de ciencia (S en inglés) y la C de cultura, y sí tenemos como objetivo la consecución de una educación de calidad hay que poner fin a la violencia, al acoso escolar y al ciberacoso. Las actuaciones de la UNESCO son varias:

Como promoción:

El Día Mundial contra el Buying que se celebra hoy 2 de mayo desde 2013 y fue proclamado por más de 3.000 AMPAS y ONGs de todo el mundo con el fin de concienciar sobre los riesgos del acoso escolar.

Ese mismo año, la iniciativa fue aprobada por la UNESCO como Día internacional contra la violencia, el acoso escolar y el ciberacoso. Este día, en fecha del primer jueves de noviembre, fue proclamado por los Estados Miembros de la UNESCO para visibilizar y alzar la voz sobre los miles de niños/niñas y adolescentes en el mundo que sufren a diario esta lacra durante su etapa escolar.

Existen pues dos celebraciones en distintos meses de este día.

Como recomendaciones y orientaciones para la lucha escolar contra el acoso y el ciberacoso a todos los países del mundo.

Como programas dirigidos a los profesores.

Como grupo de trabajo mundial para la difusión de conocimiento sobre el tema.

Como seguimiento y evaluación a nivel mundial sobre el acoso escolar.

Sobre la solución a este problema Juan Rodríguez es claro. Este tema de la intervención sobre el problema es muy amplio y solo puedo dar algunas pinceladas.

En principio tenemos que distinguir entre agresor y víctima. En los agresores hay que trabajar el autocontrol y la empatía donde suelen presentar déficits. Hay que analizar los estilos de crianza que han llevado los padres con ellos, no son buenos los estilos autoritarios ni los negligentes y programar intervenciones sobre esto y, por supuesto también incrementar la baja autoestima.

En las víctimas hay que trabajar también la baja autoestima, los rasgos ansiosos, la timidez, los apegos inseguros con los padres, los problemas de aprendizaje y los problemas físicos. Pero, sobre todo, hay que incrementar tanto en agresores como víctimas, el aprendizaje de una sólida gestión emocional, como por ejemplo, una buena gestión de la ira (con su paso a la violencia) y del miedo, igualmente dotarlos a ambos de fuertes habilidades sociales (empatía, asertividad, escucha activa…). Todo ello confluye en el desarrollo de sus inteligencias emocionales.