Un Cádiz CF por construir para un nuevo proyecto

El Cádiz ya es equipo de Segunda División. El descenso consumado ante Las Palmas no es injusto. La temporada ha sido un constante camino hacía segunda. Las causas han sido muchas. Una plantilla en la que a principio de temporada había depositadas muchas esperanzas con jugadores con nombre que debían dar un salto de calidad que nunca llegó. Tampoco se acertó con el sustituto de Sergio González y fue un error seguir confiando en esa plantilla que no había dado el nivel hasta enero dejando un mercado invernal a medio hacer. Muchas cosas de un Cádiz que no ha sido capaz de revertir una mala racha en ese mercado como hizo en los mercado de inviernos anteriores que cimentaron una salvación que llegaría después.

Ahora el panorama es diferente. Vizcaíno tiene que rehacer casi por completo la plantilla. Al presidente del Cádiz no se le puede negar su éxito en todos estos años al frente del club, pero algo ha terminado de romperse esta temporada. Se ha perdido la sintonía con la grada, la gestión con el aficionado que solía ser inmaculada ha girado y el enfado de la grada es enorme, agravado como es lógico porque no entra la pelota. Con mucho trabajo por hacer, el presidente cadista debe empezar a poner la primera piedra de este futuro Cádiz. Este cimiento no solo consiste en un entrenador, Guille Abascal es el que cuenta con más opciones como contamos en Carrusel el 28 de abril, ni en la revolución que viene en la plantilla. El principio debe ser el hacer un reseteo absoluto. Olvidar viejas cuitas pendientes que en algunos casos solo están en la imaginación de alguno y rehacer todo lo que se ha roto. Ya ha llovido mucho.

Vizcaíno tiene que reencontrarse y saber templar los ánimos. Alguien que representa al club tiene una enorme responsabilidad y ahora en un momento clave para el futuro debe coser todas esas heridas que se han venido abriendo en los últimos tiempos. No ha sido esa la causa del descenso, pero la paz y eliminar el ruido es clave para poder comenzar con buen pie. Asesores tiene para ello.

El entorno cadista siempre tiende la mano, pero hay que saber dársela. Es una afición entregada a la que hay que entender y que ahora está enfadada pero sobre todo con un dolor enorme por que su equipo, el de su familia y el de sus amigos se ha ido a segunda. La tristeza se contagia igual que la alegría.

Decía el presidente ayer reconociendo algo de culpa que "no hemos sabido disfrutar de la primera división". Habrá de todo, pero esa no es la realidad que percibimos la mayoría. Hemos sido felices en este trayecto. con las apreturas y la angustia propia de cada momento de cada temporada, pero la primera se ha disfrutado, ¡vaya que si!. Hay que saber encajar la crítica que debe estar, es obligada y más en los medios de comunicación. Por ejercerla no se es más o menos cadista. Empezar con el lastre que se ha arrastrado toda la temporada es empezar perdiendo. En su mano está cambiarlo.

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