El parricida de Huétor Tájar disparó por la espalda a su nieto mayor: el único disparo se escuchó la noche del domingo
El padre habló con el niño menor por teléfono y fue escuchado, después, por la Guardia Civil a través del portero automático
Un momento de la concentración que se ha celebrado hoy lunes en la Plaza de Andalucía de Huétor Tájar, por los dos niños asesinados por su abuelo en la localidad granadina. / Europa Press
Granada
La investigación del parricidio de Huétor Tájar que acabó la noche de este domingo a lunes con la vida de dos hermanos de 10 y 12 años de edad a manos de su abuelo, de 72, está pendiente de las autopsias para completar el relato de unos hechos que han conmocionado a toda España y por los que unas 3.000 personas se concentraron la tarde de este lunes en una plaza de esta localidad de la comarca del Poniente de Granada, convocadas por el Ayuntamiento, que también ha decretado tres días de luto oficial. Los agentes tratan de recomponer el puzle de lo que pudo ocurrir la noche del domingo en la casa del abuelo. Según ha conocido Radio Granada en fuentes de la investigación, la primera inspección de la escena sugiere que el niño mayor murió de un tiro por la espalda.
El hombre amenazó con una escopeta a su yerno, el padre de los niños, y este huyó de la casa. Los pequeños se quedaron con el abuelo que, cuando llegó la Guardia Civil efectuó dos disparos al aire desde un balcón. Los agentes solo escucharon después un disparo en el interior. Solo uno en toda la noche y en toda la madrugada. Y se produjo en los primeros momentos del atrincheramiento. Y después de ese disparo, el padre habló por teléfono con el niño menor, que podría haber muerto, después, por asfixia. Pero su muerte tuvo que producirse más tarde que la de su hermano mayor, porque los negociadores de la Guardia Civil le escucharon por el telefonillo del portero automático mientras hablaban con el abuelo. La autopsia revelarán las causas y las horas de la muerte. El pequeño pudo morir asfixiado a primeras horas de la madrugada.
El padre pasó toda la noche con la Guardia Civil en las inmediaciones de la vivienda. Cuando conoció el desenlace tuvo que ser sedado por los servicios sanitarios.
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Lo único cierto es que de la escopeta del abuelo solo salieron dos disparos al aire sobre las 10 de la noche del domingo y un disparo que se escuchó pocos minutos después en el interior de la vivienda. Y luego, silencio hasta el momento en el que los agentes entraron en la casa a las 8.25 de la mañana de ayer, como contaba el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández.
La plana mayor de la Guardia Civil en la provincia de Granada se personó desde el primer momento en Huétor Tájar. Según ha sabido Radio Granada, el equipo de la Unidad Especial de Intervención desplazado desde Madrid, se personó en el lugar de los hechos solo dos horas y media después de ser requerida su ayuda.
Quedan muchos detalles por conocer. El abuelo discutió con el yerno y padre de los pequeños y lo echó de la casa amenazándole con la escopeta. El parricida se sentía culpable tras el accidente de tráfico en el que perdió la vida su hija (y madre de los pequeños) y esposa.
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