Libertad

LIBERTAD; Por Raúl Ramírez Dorantes

De un tiempo a esta parte tiempos venimos escuchando, con machacona intención, como algunos políticos y líderes de opinión utilizan muy particularmente algunas palabras que en otros tiempos se identificaban claramente. Los populismos han conseguido que algunos términos abandonen su esencia por el camino de los discursos mitineros y son utilizados como base de argumentos peligrosamente reaccionarios.

Así no puedo por más que acordarme de la palabra Libertad. Tan usada y manoseada por tantos. Yo, que fui educado en aquello de que mi libertad terminaba, dónde empezaba la del prójimo, con toda la carga de responsabilidad social que esa Libertad así entendida ostentaba, no puedo por más que temblar cuando la Libertad solo se expone para justificar el más puro individualismo personal, por momentos irresponsable, o la eliminación de todo lo referente a valores u objetivos colectivos o comunitarios.

A la mente me viene la libertad de tomar unas cañas en plena pandemia, o la libertad de conducir mi vehículo contaminando por dónde quiera, o esa libertad de elegir colegio, en detrimento de la educación pública, o esa libertad que hace aparecer al Estado como el enemigo devorador y confiscador de nuestro dinero a través de los impuestos.

Esa libertad así entendida nos lleva a afirmar que el Estado no tiene nada que decir en el bienestar de los ciudadanos, en su sanidad y educación públicas, en la protección de sus mayores y dependientes, en la defensa y fortalecimiento de los sistemas de pensiones públicas, etc, etc…

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Esa libertad que muchos pregonan hace de los ciudadanos meros clientes y renuncia a la Justicia Social. Renunciar a eso, que no les engañen, es renunciar a la Igualdad y a la Democracia y a implantar una especie de “darwinismo social” o versión actualizada del ultra liberalismo dónde la consigna será sálvese quien pueda, o quién pueda pagarlo.

Urge reconducir y pararnos a pensar qué es lo que algunos están inoculando en nuestras sociedades. Es tiempo de reaccionar y de volver a repensar. En peligro la democracia tal y como la conocemos, y eso sí, nuestra verdadera Libertad.