El toreo
Ocio y cultura

La espada priva a Curro Durán de salir a hombros en Utrera el día de su alternativa

Hizo la mejor faena al sexto de la tarde, de nombre 'Retozón' y premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Talavante y Aguado, por la puerta grande

Talavante cede los trastos de matador de toros a Curro Durán en presencia de Pablo Aguado / Paco García

Utrera (Sevilla)

El utrerano Curro Durán es desde este sábado nuevo matador de toros tras haber tomado la alternativa en el Coso de la Mulata de su localidad natal, donde el fallo con la espada le ha privado de salir a hombros por la puerta grande en compañía de Alejandro Talavante y Pablo Aguado, padrino y testigo de la ceremonia, respectivamente. Con todo, suya ha sido la mejor faena de la tarde al toro que cerró plaza, ejemplar de Luis Algarra, de nombre 'Retozón' y premiado con una merecida vuelta al ruedo en el arrastre.

Ficha del festejo

Coso de La Mulata de Utrera (Sevilla): Sábado 25 de mayo de 2024. Corrida de toros con motivo de las fiestas de María Auxiliadora.

Ganadería: Se lidiaron toros de Luis Algarra, desiguales de presentación, de escaso trapío primero, segundo y quinto, con más remate tercero, cuarto y, sobre todo, sexto, que incluso fue el que tuvo más cara. Nobles en conjunto, aunque justos de fuerza y raza, a excepción del sexto, de nombre 'Retozón', un toro de enorme entrega que mereció en el arrastre los honores de la vuelta al ruedo.

Toreros: Alejandro Talavante, de lila y oro, dos orejas y ovación.

Pablo Aguado, de obispo y oro, una oreja y una oreja.

Curro Durán, de blanco y oro y que tomaba la alternativa, ovación y ovación de despedida tras aviso.

Cuadrillas: Javier Ambel saludó tras banderillear al cuarto de la tarde.

Incidencias: Casi media entrada en tarde calurosa.

La crónica

Mereció 'Retozón' ser el toro de la alternativa de Curro Durán, pero el orden de los factores no puede alterar el producto, que no es otro que el toricantano estuvo a la altura del mejor toro de la tarde por presentación y por juego. Ya de salida hubo temple en el recibo a la verónica de manos bajas y en el quite de tres por el mismo palo y media de remate. En la muleta, tras brindis al respetable, embistió el de Algarra con enorme entrega en las primeras series diestras y, pese a algún altibajo al natural, la faena mantuvo el interés hasta que el público amagó con la petición de indulto para un gran toro. Hubo que entrarle a matar y ahí llegó el problema con dos pinchazos previos a la final estocada caída y atravesada. Un borrón que, en cualquier caso, no debe desanimar al nuevo matador de toros.

Doctorado que le llegó con el toro 'Palanquero', número 42 y muy escaso en todo, en presencia y sobre todo en embestidas con transmisió para poder hilvanar una faena que había brindado a sus padres. Además, a toro parado, tampoco en este le funcionó la espada a Curro Durán.

También escaso el primer toro de Talavante con el que llegó a los tendidos en el recibo de capa cuando improvisó chicuelinas y gaoneras, por las que quitó tras el puyazo de rigor. Tras brindis al público, vibrante de rodillas el comienzo de faena con un par de muletazos cambiados por la espalda incluidos. Molinetes ligados antes de la primera serie diestra y, cuando el extremeño acortó las distancias, se afligió su oponente aunque la obra fue suficiente para pasear las dos orejas tras las manoletinas finales y una gran estocada.

El cuarto no metió mal la cara en el capote, aunque pronto dejó entrever su escasa fuerza. Con todo, la pulcra faena de Talavante mantuvo el interés, aunque los dos pinchazos previos a la final estocada desprendida le dejaron ahora sin premio.

Muy suelto de salida el primer toro de Aguado, al que después fijaría con gusto y temple a la verónica. Brindó el sevillano esta su primera faena a Alberto de la Peña, comenzando el trasteo sentado en el estribo. Ya por fuera de la segunda raya, faena a más cuando le cogió la mano izquierda, pues por el otro pitón decía poco el de Algarra. La estocada desprendia fue suficiente para la concesión del trofeo.

Otro conseguiría en el quinto, al que volvió a enjaretarle un templado recibo a la verónica marca de la casa como despaciosas fueron las chicuelinas del quite. Tras brindar ahora al respetable, el toro fue de más a mucho menos, aunque el buen comienzo de faena había servido para prender una mecha que remataría de estocada desprendida y tarvesadilla.