Reyes y mariposas

Como estarán ustedes recuperándose de la feria y preparándose para otra semana de elecciones, vamos a hablar de arte… que siempre consuela más.

Hay pocos objetos que generen tanta inquietud entre el público como las obras de arte contemporáneo. Un fenómeno que suele intensificarse cuando la figura central pertenece a una persona o personaje conocido. No tendríamos más que recordar el reciente Cristo que protagonizó el cartel de Semana Santa en Sevilla este año o la última propuesta de Eugenio Merino con la recreación del cuerpo de Lorca enterrado.

La última polémica nos la proporciona el primer retrato oficial como rey de Carlos III de Inglaterra, vestido con el uniforme de gala de los Guardias Galeses, que ha pintado Jonathan Yeo.

El monarca aparece sumergido en rojos, color cargado de simbolismo asociado al poder, la pasión e incluso la violencia. En realidad, la figura está devorada por ellos, por su fuerza cromática e -incluso- por sus texturas. La expresión del rostro tiene algo de cómica resignación, y las manos algo de enorme artificialidad. Sin embargo, nos queda la duda de si no será la mariposa que va a posarse en su hombro (y la otra que está al lado desdibujada), las verdaderas protagonistas de la obra. La mariposa es fragilidad, es muerte, es tiempo…y el cuadro parece una sentencia -del pasado o del futuro-.

El monarca manifestó su entusiasmo con la pieza. Siempre es la mejor opción cuando te pinta Yeo, primero porque es un retratista amable, segundo porque no suele aceptar bien las críticas: hace años, ante algunas sugerencias a la primera versión de un retrato del presidente Bush, Yeo presentó una segunda versión de su rostro pero esta vez realizada con fragmentos de revistas pornográficas… dejando claro quién manda en esto de la creación.

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