"Una oración rociera, Ave María"
La firma de Antonio Rodríguez Liaño en Hoy por Hoy Jerez
Firma Rodríguez Liaño
Jerez de la Frontera
Título: “Una oración rociera, Ave María”.
En 2024, coincidiendo con las Bodas de Oro del primer camino rociero por Doñana, la Hermandad de Jerez ha recibido la distinción del Caballo de Oro, por su histórica contribución a la promoción y cuidado del caballo. En 1974, dos años antes de que llegara la telefonía móvil a España, un grupo de animosos devotos jerezanos, con sus familias, se aventuró por los senderos marismeños para comprobar si era posible el tránsito de la caravana entre pinares. Una vez superada la prueba, en la Romería de 1975, la Junta de Gobierno de la Real Hermandad del Rocío de Jerez, presidida por Álvaro Domecq Romero, autorizó el tránsito del Simpecado por la mayor reserva ecológica de Europa, en las vísperas de Pentecostés. Hoy quiero recordar algunos nombres de aquellos pioneros: Andrés Cano Cordero, los hermanos Juan y Manuel Caballero Gordillo y los hermanos Manuel, Juan y Quico Bernal Cardoso, estos últimos reunidos en la Peña “El Quema”, que inauguró el cortejo de carros desde Jerez al Rocío. Una humilde carreta bodeguera, adornada con flores. Dos mulos blancos cedidos por Felipe Morenés Giles y la maestría del carretero Luis Bernal.
Todos contribuyeron a que el Simpecado de Jerez saliera en 1975 desde la iglesia conventual de Santo Domingo, su tercera sede canónica tras San Mateo y San Marcos, acompañado de 2 carretas, charrets, romeros y peregrinos, jinetes y amazonas, rumbo a Bajo de Guía. Y de nuevo vienen nombres esenciales a la memoria, como el Hermano ejemplar, Rafael Bernal García de Villegas y el Rociero de ley Manuel Valderas Sevilla, que avivaron la llama de la devoción rociera, en tiempos muy difíciles, llevando el Simpecado hasta la aldea y haciendo la Presentación delante del Santuario, para que Jerez no perdiera el número 16 como filial de la Matriz de Almonte. Fundada en 1932 y alentada por el sanluqueño Antonio León Manjón, se ensoleró en la Bodega de La Constancia de González Byass. Hoy hemos mencionado algunas de las muchas personas que conforman la escalera al cielo de El Rocío, según Jerez, y seguramente se ha despertado el recuerdo de otros rocieros anónimos, que hicieron posible lo que hoy es la Hermandad jerezana. Por aquellos hombres y mujeres a quienes no he nombrado, que guardan el cordón morado en sus cabeceras y aquellos que ya peregrinan por las Marismas Azules… Una oración rociera, Ave María.
Antonio Rodríguez Liaño