Fin del ciclo electoral: toca gestionar

Sevilla

Pasaron las Europeas. Y las Catalanas. Y las Vascas. Nos separan dos años de las elecciones andaluzas; tres, de las municipales y otros tres de las generales, según la última carta del presidente Sánchez publicada en redes sociales. Un lapso de tiempo enorme para que la política y la ciudadanía vuelvan a reencontrarse en la gestión.

Con la amnistía ya amortizada y Begoña Gómez fuera de un argumentario machacón, ya no hay circo que encubra la baja ejecución presupuestaria, la dejación de las administraciones en la construcción de viviendas públicas, el progresivo deterioro del transporte público ferroviario, las desesperantes listas de espera en la dependencia o los nuevos recortes en sanidad que pueden desencadenar en otra huelga en Andalucía por la no renovación de 5.000 profesionales, según la denuncia de hasta cuatro sindicatos.

Ha pasado el tiempo de advertir de la unión de la derecha y la ultraderecha; y ya no vale con reducir el día a día de la política de un país a un plebiscito contra Pedro Sánchez.

Ahora toca ejecutar en España las miles de viviendas públicas prometidas por el Gobierno, habilitar los pisos comprometidos para alquiler social, frenar el deterioro progresivo del tren como transporte público colectivo e impulsar la negociación de los presupuestos. Toca en Andalucía explicar cuál es la política de vivienda de la Junta, regular el pago del bono joven de alquiler que se atascó en la Consejería, reducir las indignas listas de espera tanto en Dependencia como en Sanidad y decir con claridad si Andalucía bendice la gentrificación del centro de sus principales ciudades mientras da otra patada hacia delante a la implantación de la tasa turística. Toca a los ayuntamientos cumplir con la entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones, aprobar sin excusas sus presupuestos y ejecutar con más valentía un modelo de ciudad.

Ya no hay campaña electoral ni circo que tape la inacción, los errores ni el vacío en la gestión.