Lola Fernández habla sobre «Mamás en acción»

Morón de la Frontera

Hay instantes que brillan como sólo brillan las cosas que no son reales, pero en el caso de este comentario es tristemente real, doloroso y verdadero.

Hace poco oí en un programa de radio un reportaje sobre la soledad, pero no hablaban de la soledad de la que estamos acostumbrados a saber y que también es tan importante como es la soledad de las personas mayores, en este caso hablaban de los niños y ya de por sí que esto es duro aún lo es más cuando hablamos de la soledad de los niños en los hospitales.

Majo Gimeno es una mujer que estaba en una consulta en el hospital de Valencia cuando vio una situación que no había presenciado nunca: un pequeño de apenas 2 años estaba enfermo, allí mismo donde estaba ella y totalmente solo, solito en ese momento y sin ningún acompañamiento.

Majo quiso acompañar al pequeño y se dirigió al control de enfermería para decirles que, si podía quedarse con él, pero le dijeron que, aunque lo necesitaban mucho, no podían, que tendría que venir de alguna organización pero que lamentablemente no había ninguna.

Tras aquella experiencia, Majo volvió a su casa muy decepcionada y triste pensando en aquel pequeño, solo, en la habitación de un hospital y con muchas preguntas rondando por su cabeza, cómo estará ese niño, cuántos niños habrá como él, por qué no había nadie y la pregunta que no paraba de girar, qué puede pasarle a un niño para que esté en esa situación, solo...

Pues con todo y eso, muchos meses después, decidió con otras 4 amigas crear una asociación en la que se propusieron ser las mamás de aquellos que no tienen la suya cerca y aquello derivó en una idea que terminó convirtiéndose en 'Mamás en Acción', que nació en 2013.

Majo fundó esta asociación para brindar apoyo y, sobre todo, cariño a niños hospitalizados que están en situación de vulnerabilidad, completamente solos. Firman convenios de colaboración con las comunidades autónomas, con los hospitales, que son los que comunican casos de niños que necesitan a una mamá en acción.

La soledad no deseada, aunque es conocida en personas mayores, también la viven muchos niños y adolescentes que sufren abandono o una situación de desamparo.

Gracias a muchos voluntarios esta asociación ha ido creciendo y ofreciendo su apoyo incondicional.

El mundo del voluntariado se merece que sea oído siempre, siempre hay historias por escribir o leer o simplemente oír y sentir, algo que siempre digo, las historias están en los márgenes del camino que pisamos. Porque vivir, muchas veces, es arreglar lo roto. Porque sentir es, muchas veces, dar una nueva vida a lo que otros condenaron al olvido.

Hoy no tengo ganas de hablar ni siquiera pensar en la política, porque hoy, frente al blanco del papel pienso en

aquellos que emplean su tiempo libre en cuidar de los demás, es algo por lo que sí daría mis votos, a los que abrazan el alma.