Un viaje de sueños y realidades

Betty Lahjaily, natural de la ciudad marroquí de Casablanca, nunca imaginó que su vida tomaría un rumbo tan inesperado. A pesar de que nunca pensó en emigrar, su afán por estudiar y progresar la llevó a recorrer distintos países, en busca de nuevas oportunidades y experiencias. Su aventura comenzó en Alemania, donde se trasladó para estudiar el idioma. Sin embargo, la adaptación fue más difícil de lo esperado y, tras un tiempo, decidió regresar. Pero en lugar de volver a su país de origen, eligió primero Zaragoza y finalmente Huelva, donde reside desde hace más de 13 años con unos familiares.

Hoy, Betty Lahjaily define a Huelva como una ciudad muy acogedora. Fue aquí donde regularizó su situación legal y completó sus estudios de secundaria, con la intención de ampliar su formación en Diseño Gráfico. Sin embargo, también siente una gran pasión por la restauración, por eso trabaja en el restaurante de su familia, especializado en comida marroquí.

Además de su carrera profesional, Betty Lahjaily vive en pareja y es madre de dos hijos. Aunque por el momento no planea regresar a Casablanca, salvo para vacaciones, mantiene vivos los recuerdos de su infancia. Betty Lahjaily nos comparte con nostalgia y cariño cómo su padre solía ponerle música flamenca, lo que ha cultivado en ella una profunda apreciación por este género musical y la vestimenta flamenca, especialmente los trajes de faralaes y la cultura andaluza.

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La vida de Betty Lahjaily es la historia de una mujer que ha sabido encontrar su lugar lejos de su tierra natal, construyendo una vida feliz en Huelva.