El río y la ciudad

Córdoba

Córdoba ha vivido históricamente de espaldas al río. Daba envidia cuando visitábamos otras ciudades en las que sus ríos formaban parte del entramado urbano y veíamos embarcaciones que surcaban sus aguas y gente paseando por sus márgenes. En la década de los noventa se empezó una serie de actuaciones para que no fuese una barrera y cobrase el protagonismo que le correspondía. Así se hizo el puente del Arenal y después el de Miraflores. Se eliminó el murallón de la margen izquierda y se realizó el plan de Miraflores con terrazas que se acercaban gradualmente al agua. Allí se instalaron importantes obras artísticas realizadas por el Equipo 57 y posteriormente se construyó un gran equipamiento cultural como es el Centro de Creación Contemporánea. En la margen derecha se hizo el Balcón del Guadalquivir y además limpiamos sus aguas. En todas estas obras se puso imaginación, esfuerzo y mucho dinero del Ayuntamiento y de la Junta, con el objetivo de que ese entorno del río fuese atractivo.

Hoy si bordeamos la Ribera, el balcón del Guadalquivir o paseamos por la margen de Miraflores, el río no se ve, se ha ocultado, ha desaparecido comido por la arboleda, y la maleza de sus orillas. Esta situación ha sido analizada hace unos días por la Asociación Córdoba Futura mediante un debate en el que el arquitecto Pedro García del Barrio, uno de los ponentes, hizo una definición que retrataba una triste realidad: “Hoy el río ni se ve, ni se toca, ni se usa”. Está separado de la ciudad. El Ayuntamiento, la Junta y la Confederación deben coordinarse en una actuación decidida para que podamos volver a ver nuestro río. Queremos disfrutar de nuestro GRAN RÍO GRAN REY DE ANDALUCÍA, como le llamó nuestro Luis de Góngora.