La perla almeriense renueva con Unicaja Almería
Firma por un año más y seguirá compaginando su estudios en la UAL con el vóley
La estabilidad gobierna la vida de Alejandro Moya Berenguel, el discípulo de Juanjo Cano, a sus 19 años. Cambiará de dígito apenas dos semanas antes de que juegue la segunda final de su carrera en el voleibol, porque renueva en Unicaja Costa de Almería y el primer gran reto es la Supercopa de España, allá por el mes de septiembre. Así, con 20 afrontará su tercera temporada vinculada con el primer equipo ahorrador, segunda a plenos efectos tras un primer año subiendo desde aquel ‘junior de oro’. Álex, estudiante de Matemáticas en la UAL, se transforma en pista en Moya, el líbero con mayor proyección de España.
Solo ha habido que hacer caso a los deseos mutuos: “Pablo (Ruiz) sabía que yo quería seguir y no ha habido ningún problema; todo se ha desarrollado con facilidad”. Y sí, suma a su motivación que el técnico almeriense sea el nuevo primer entrenador del club: “Yo, en su barco desde el principio”. Reconoce que es “muy joven para poder opinar”, pero sí tiene claro “que Pablo tiene lo que hay que tener” para el éxito, además de que entre los dos hay “muy buena relación” y quiere ponerse en sus manos: “Sabe de qué pie cojeo y de qué pie no, tiene muchos conocimientos y experiencia, y vamos a ir a muerte con él”.
Almería
Ese ha sido un factor muy importante en una decisión que, además, ha tenido más puntos de apoyo: “Estoy cómodo en el club, permanezco en mi ciudad, en mi casa, con mi gente cercana, puedo seguir estudiando en la UAL y, sobre todo, cualquier persona que haya vivido como mínimo un año, sabe la tranquilidad y la felicidad que se respira en Almería”. La suma de los factores arroja que se siente “muy afortunado de seguir vistiendo de verde porque es el sueño de cualquier joven jugador; que quieran contar contigo en un club de la máxima división del país, y que sea Unicaja Costa de Almería, te llena por dentro”.
Álex Moya, mente de matemático, es análisis y soluciones, perfecto para la ecuación del éxito verde también por su grado de responsabilidad, “llegué como un niño y poco a poco me voy haciendo un hombre”, de entrega, “me veo mucho mejor físicamente, y claramente he notado mucha mejora en la pista”, y de ambición, “mi objetivo es intentar llegar algún día al nivel de Paquillo, en todos los aspectos”. Es una ventaja tener al lado, día día, a tu modelo: “Cualquiera que lo conozca sabe lo grande que es como persona y jugador”. Se siente en el sitio correcto en el momento adecuado para avanzar en todas las facetas.
De hecho, el joven líbero destaca algo muy importante: “También he mejorado muchísimo psicológicamente; llegué con mucha inseguridad que poco a poco va desapareciendo de mi cabeza, y quiero seguir trabajando para borrarla por completo”. Tiene motivos de sobra para estar “orgulloso de haber ganado confianza en mí mismo, y saber que puedo hacer las cosas que me proponga”. Describe “esas ganas de que mi gente esté orgullosa” como el motor que lo impulsa, “son las que me han llevado a mejorar mucho mentalmente”, y no piensa parar: “Me espero un año muy bueno; pelearemos por llegar hasta lo más alto”.
Compromiso total
Por su parte, Moya piensa seguir “aportando volumen de entrenamiento y estar para todo lo que el entrenador necesite en cada momento”, ello, siendo fiel a su convicción porque “mi objetivo es seguir siendo yo mismo”, dicho textualmente, para matizar que “me refiero a seguir repartiendo alegría, que mis compañeros estén a gusto conmigo y ayudar a quien lo necesite siempre; a cada problema, una sonrisa y para adelante, todos juntos”. No lo duda: “Estoy seguro de que haremos una buena piña, trabajaremos desde el ‘minuto 1’ por ganar esa Supercopa y pelearemos por la Superliga y por la Copa del Rey”.
Del ‘torneo del KO’ ya sabe lo que es una final, disputada el curso pasado en una etapa que le marcó: “Me quedaría con cada momento, tanto bueno como malo; en los aspectos de juego, mi mejora física y técnica, pero lo más importante es con quién he compartido esos momentos, de quién he aprendido, con quién me he desahogado y, sobre todo, los valores que me han inculcado”. Agradecimientos, “cada uno de los jugadores y el cuerpo técnico han demostrado que con buen rollo se trabaja mucho más y mucho mejor”, y los referentes: “Claramente me guardo lo que ves en los jugadores más experimentados”.
Ha querido insistir en el factor humano, “siempre en mi recuerdo las relaciones personales que he establecido con los compañeros”, y alguna mención: “Podría citar cada persona que me acompañó el año pasado, porque, de corazón, me quedo con todos, pero sí que en especial quería agradecer a los que ya no siguen, sobre todo Fernando (Fernández), con el que pasé mucho tiempo y se me hará difícil no seguir compartiendo vestuario con él”. Hablando de experiencias, fue All Star en Navidad: “Repetiría mil veces más; fue algo inolvidable, mi gente viéndome disfrutar rodeado de miles de personas; se la recomiendo a todo jugador que aún no la haya vivido”. Su personalidad abierta hizo que así fuese.
Gran responsabilidad
En cuanto a la superliga, “Guaguas se hace cada vez más grande, formando equipos a los que es muy muy difícil sacarles una victoria”, y por lo demás esperara una competición “como la de este año, con una clasificación muy apretada en la que puede haber muchos sustos, porque los demás equipos siguen creciendo y el nivel de la liga sigue subiendo”. Respecto a la afición, un sueño compartido: “Me gustaría llevarme mi primer título como jugador de Unicaja Costa de Almería delante de nuestra gente y poder celebrarlo juntos”. En el camino, “que tengan muy claro que trabajamos cada día para que nos vean ganar”.
Pablo Ruiz ha definido “la apuesta por que Moya siga” como “importante”, explicando que “él representa más que nadie el jugador almeriense que tiene que abrirse camino poco a poco en el primer equipo, asentarse, ir mejorando junto a jugadores con mucha experiencia para que dé un paso adelante y sea el titular”. Se le valora que “aporta muchísimo en el día a día del equipo” por dos motivos: “Si algo define a Álex Moya, es que es un trabajador incansable, y más allá de ello aporta mucha alegría”. Así, “encarna a ese tipo de jugador que va a muerte con el equipo, que representa a la ciudad y que tiene mucho futuro”.