Jaén

‘Sentir Baeza’ AOVE Fest consiguió sold out en la jornada del sábado y alrededor de 5.000 personas cada jornada lograron un éxito rotundo. Es, sin duda, el ejemplo perfecto de cómo hacer un gran festival en un pequeño municipio de la provincia de Jaén. La segunda edición de este festival iniciado el año pasado por la empresa baezana Pópulo, con el apoyo del Ayuntamiento, y magnificado este 2024 ha dejado momentos memorables y abre un camino seguro para futuras ediciones. Lo de ‘Sentir Baeza’ AOVE Fest no es de este mundo: un festival que arranca en un espacio comedido como la Plaza de Toros de la localidad pasa, en tan solo una edición, a un recinto enorme y con un cartel que nada tiene que envidiar al resto de grandes festivales de la geografía española. No en vano, por los dos escenarios, y con una puntualidad absolutamente británica, pasaron bandas como Shinova, Viva Suecia, Melifluo, Siloé, Merino o Mikel Izal. Todo con un sonido absolutamente impecable y que no falló con ninguna banda ni Dj.

La fiesta del viernes

El viernes se abrían las puertas a las 19:00 horas y era curioso ver las caras de la gente, incrédulos ante lo que estaban observando en una ciudad de unos 15.000 habitantes. Hacía calor, pero no tanto como el que se esperaba para la jornada venidera. Puntuales, en el escenario principal se plantaron los madrileños Merino, que apuntalaron bien fuerte su categoría de grupo a tener en cuenta haciendo sonar en directo temazos como Apareciste, Cerca del invierno (que incomprensiblemente no contó con la colaboración de Mikel Izal, a pesar de ser parte del cartel de esa jornada estando en Baeza a tenor de las fotografías en redes sociales) o la preciosista Bailando con lobos.

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Vino la primera sesión de Djs en el escenario, concretamente Alex Cureya + Mr Cong Dj’s que hicieron un trabajo impecable durante toda la noche a excepción de la hora y media ya tardía donde Virginia Díaz DJ también hizo bailar y saltar a la parroquia. Como segundo plato fuerte de la noche: Alis. El baezano demostró a las claras que es profeta en su tierra, y el público se desgañitó cantando canciones tan icónicas como Somos uno sin mitad, Sigo aquí o Bailando con el viento (nuevamente protagonista Mikel Izal por no compartir esta canción con Alis a pesar de que es un gran hit cantado a medias en el disco). Tan solo tres personas en el escenario, sonando como un auténtico cañón sonoro que dejó mil sonrisas entre los congregados y las congregadas a la gran fiesta de Sentir Baeza AOVE Fest.

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Para cerrar la noche en el escenario principal, apareció Mikel Izal. Es difícil catalogar el show de Izal porque ha pasado de tener una banda de festival, con grandes canciones e himnos reconocibles, a situarse al borde del precipicio y publicar un disco en solitario que no es de fácil escucha ni, por supuesto, apto para los festivales que copan el verano en España. Aún con todo, Mikel Izal aprueba con nota y consigue convencer con su espectáculo en el que mezcló de forma original sus temas en solitario con las de su anterior banda, aunque tamizadas con el sonido plasmado en su nueva apuesta solitaria. Canciones como El grito, La fe o la coreada El Paraíso se mezclaron con otras como Copacabana o La mujer de verde de su anterior grupo. Casi dos horas de concierto que gustó a muchos y disgustó a unos pocos que no terminan de entender el nuevo rumbo, valiente, de Mikel Izal.

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Sábado de sold out

El bellísimo Paseo de la Constitución de Baeza amaneció bien temprano. Había poca gente sobre las diez de la mañana, personas mayores sentadas en los bancos y algún que otro baezano que no sabía a qué venía el ruido. Fue cuando empezaron las pruebas de sonido en el kiosko de la música. Sentir Baeza AOVE Fest preparó una especie de Plaza del Trigo de Sonorama (las comparaciones son siempre odiosas pero necesarias) en pleno centro de la ciudad Patrimonio de la Humanidad. A las 12:15 comenzaría El Verbo Odiado ofreciendo un concierto brillante y que contó con seguidores a pesar de ser un grupo emergente. Gustó mucho, y no me extraña en absoluto. También gustaron Neverland Bari, que hicieron un gran concierto en el que la gente se resguardó en las pocas sombras existentes en el Paseo. Hace falta carpas en este espacio para poder disfrutar al 100% de esta idea que tiene que durar en el tiempo, porque no tiene precio. Pero es que, además, Juanca y Pope de Supersubmarina pincharon en el Paseo de la Constitución dejando momentos memorables, uno de ellos cuando sonó Algo que sirva como luz que da nombre al libro de su biografía y que se ha convertido en un best seller.

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Con el cartel de ‘Todas las entradas vendidas’ se inauguraba la segunda jornada de Sentir Baeza AOVE Fest en el recinto ferial, con más calor y con mucha más gente que el día anterior. Se notaba que el cartel era absolutamente asombroso para un festival desarrollado en una ciudad que, aunque sea Patrimonio y una de las más bellas del mundo, sigue siendo una pequeñísima localidad de interior rodeada de un mar de olivos. Se veía ir y venir a Santi y Seba, los organizadores, con una sonrisa perenne en la cara por lo que estaban viviendo. Y esa misma sonrisa volvería un día más a los rostros de los presentes que, gustosos, estaban sudando entre los primeros bailes que se produjeron con los jiennenses Buenos Días Hiroshima que hicieron un gran concierto, que ya cuentan con seguidores que tararean sus canciones, con un sonido excepcional y con mucha pose en el escenario. Habrá banda para rato, ese es el deseo del que suscribe estas palabras. Y más con canciones como Tu otra oportunidad o Nada es como es.

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El sábado no hubo Djs hasta altas horas de la noche. En este caso, los dos escenarios de Sentir Baeza se interconectaban: un grupo termina y comienza ineludiblemente el otro, uno en cada escenario. Y la cosa funcionó de manera envidiable. Ni un minuto de retraso en toda la jornada, algo de lo que tienen que aprender muchos festivales de nuestro país. La cosa se pondría seria a partir de este momento, porque llegó el momento de contemplar el ritual musical de Siloé. Y su frontman Fito Robles no lo comenzaría en el escenario principal, sino entre el público. En una mínima, minúscula, tarima se colocó entre el público para comenzar cantando a capela haciendo referencias a Baeza y a Supersubmarina (algo también muy recurrente durante el festival, y que dejó más de un ojo empañado de lágrimas). Lo de Siloé es cosa de magia, pues abren todos los festivales de este año y consiguen que miles de personas acudan en bandada a pesar de las horas tempraneras. Y no es de extrañar porque al son de Todos los besos, Que merezca la pena o Nada que se parezca a ti el público se vuelve loco coreando, cantando, saltando y bailando: todo son gerundios cuando se trata de Siloé.

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Después, escenario secundario. Pero ojo, porque Valira bien merecían el principal. La gente se disgregó un poco entre los que estaban intentando pedir bebida y comida para la que había colas, los que estaban esperando en el escenario principal para hacer hueco y los que estábamos en el secundario maravillados por el sonido de Valira. Fue una auténtica sorpresa estos valencianos que ya tienen alguna canción reconocible, y que hay que seguir muy de cerca. Faltaba el teclista (tenía justificante firmado y sellado por la banda). De hecho, se le hizo un video con el móvil de uno de los miembros del grupo desde el escenario para darle un fuerte abrazo ya que, imagino, perderse un festival como el Sentir Baeza AOVE Fest no tiene que haber sido plato de gusto. En temas como Guerra Fría el público coreó como si no hubiera un mañana, pero también bailaron y saltaron con otras como Frente al latido que es un temazo como la copa de un pino en la que se echó de menos a Gabriel de la Rosa de Shinova, probablemente porque estaba a punto de salir al escenario principal.

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Pues eso, Shinova. Poco se puede decir de una banda que se lo ha tenido que currar desde abajo y que, con su quinto álbum, ha conseguido ser cabezas de cartel en prácticamente todos los festivales de este año. Las letras de Gabriel de la Rosa no son de este mundo. Para alguien que ama la poesía como el que escribe estas líneas sería un auténtico placer poder acudir a Librería Metrópolis y pedir el nuevo poemario de Gabriel de la Rosa. Soñar es gratis. Para muchos de los asistentes a Sentir Baeza, el concierto de Shinova fue el culmen de esta edición de 2024. Y no es para menos, porque los vizcaínos se dejaron la piel encima de las tablas. Un espectáculo de diez, con un sonido de diez, con unos músicos de diez y en un festival de diez. Pero esperad, porque la cosa mejora en una parte del concierto, pero antes de contarlo, uno no es de piedra, sintió un repeluco importante cuando sonó Cartas de Navegación (especial debilidad por esta canción que habla de la ruptura y de lo fácil que es amarrarte a algo que sabes que puede hacerte daño). Pero vamos, que también con No cambiaría nada, La postal o Qué casualidad. Y volviendo al cebo de antes, cuando decía que la cosa mejora más todavía: el puñetero Rafa Val (Viva Suecia) decide subirse al escenario con Shinova para cantar Si no es contigo. El público enfervorecido en Baeza como escenario y los móviles echando humo. Eso sí, una pequeña crítica: tocar Mirlo Blanco a medias no se vale. Tocan solamente una parte, con ese coro imprescindible que es un himno en sí mismo. Pero Baeza se encargó de deciros, querida banda, que Mirlo Blanco hay que tocarla entera porque el público no dejó cantar a Gabriel de la Rosa su siguiente canción coreando durante varios minutos Mirlo Blanco. Hay que escuchar al público, Shinova.

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Después de ellos, poco se podría hacer a priori para poder sobrellevar lo vivido. Pero Melifluo lo hizo y con buena nota. Los baezanos tienen entre sus filas a Juanca y Jaime de Supersubmarina. Y eso es un plus, no lo neguemos. Pero es que, además, su maravilloso cantante es el hermano de Juanca. Pero es que, además, Pope (Supersubmarina) se subió al escenario en una canción para acompañarlos. Pero es que, además, esa canción que tocaron los tres fue, ni más ni menos, que Puta Vida. Y Baeza entera coreando muy muy fuerte: “Te juro que no puedo más, pero me da igual. Solo me dura un segundo”. Momentazo para TikTok, Instagram o para el Facebook más cuarentón. Esto hizo que muchos se sintieran vacíos por no poder disfrutar de Supersubmarina en los escenarios, pero tiempo al tiempo. Chino, el público te espera. No te tardes. Por lo demás, pues un bolazo como se dice en el argot musical. Con canciones tremendas de Melifluo como Me faltas mucho, Historias de hace tiempo o Aún nos quedan tantos años hicieron disfrutar al personal sonando de forma impecable. Incluso con la presencia en el escenario de Gabriel de la Rosa (Shinova).

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“Venga, que esto se nos acaba”, decían muchos de los presentes cuando ya empezaba a sonar la intro del concierto de Viva Suecia. Con ‘No hemos aprendido nada” se inició la felicidad por la espera culminada. Lo que tanto y tanto tiempo llevábamos esperando 5.000 personas, desde hace meses, llegó a su término (o a su comienzo, según se mire). Viva Suecia es la banda más importante del país, al menos para el que firma, y eso se nota en el escenario. Son absolutamente brutales en su sonido, en su puesta en escena y musicalmente pocas pegas se le puede poner. Quizás, eso sí, la gente coreaba más las canciones de sus primeros discos. Pero es un grupo valiente que sabe ir cambiando para no estancarse, y eso siempre es algo de agradecer (como en el referido caso de Mikel Izal). Pues nada, un concierto absolutamente redondo con momentos brillantísimos como los de Hemos ganado tiempo, la coreada Bien por ti o Lo que te mereces. Final de fiesta como si todos ya estuviéramos consagrados en la difícil asignatura de asistir a un festival y no morir en el intento, gracias todo al buen hacer de Pópulo y la inestimable ayuda del Ayuntamiento de Baeza con un concejal, Antonio Perales, que lo dio todo y que seguramente acabó sin voz el domingo por la mañana. Mención especial al objetivo de Pope (Supersubmarina) que dejó instantáneas para la historia, una de las personas más humildes y cercanas que he conocido en el mundo de la música.

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El final de fiesta lo puso el conocido Dj Isaac Corrales que puso mucho humor y muy buena música en el escenario secundario. Al igual que Flamingos DJ a los que no queríamos dejar bajar de las tablas más allá de las cinco de la mañana. El cuerpo roto, pero el alma llena. Gracias Sentir Baeza AOVE Fest.