Sociedad

El vídeo del insólito avistamiento de un grupo de ballenas rorcuales en las aguas de la Costa Tropical

El cetáceo más grande del mundo, tras la ballena azul, se deja ver a 12 millas de Motril (Granada)

Rafael Troyano

Motril

La Asociación Granadina del Observatorio del Mar, en una de sus salidas en la franja costera, en colaboración con Circe (Conservación, Información y Estudio sobre Cetáceos) ha logrado avistar en los primeros días de julio hasta tres ballenas rorcuales comunes. La insólita sorpresa se produjo a unas 12 millas frente al litoral de Motril. El rorcual común (Balaenoptera physalus, su nombre científico), es uno de los cetáceos más grandes e impresionantes del planeta. Este gigante del océano puede alcanzar hasta 27 metros de longitud: es el segundo animal más grande, después de la ballena azul. Esta inesperada visita por las aguas de la costa granadina forma parte de su proceso migratorio. Curiosamente estos días, la Diputación de Granada y la Asociación del Mar han presentado una guía interactiva de cetáceos de la Costa Tropical. El objetivo es promover el turismo sostenible y la conservación marina a través de la observación de delfines que habitan en el litoral granadino.

Este animal es la única especie de Misticeto o ballena con barbas que habita de forma común en aguas del Mediterráneo. Es fácil su identificación, pues su mandíbula derecha es predominantemente blanca, mientras que la izquierda es más oscura, además de una silueta larga y estilizada. Puede pesar hasta 70 toneladas.

Otra diferencia con las ballenas es que los roscuales presentan una aleta dorsal, pequeña y muy retrasada, mientras que las ballenas no la poseen, de ahí que también es llamada “ballena de aleta”. Pese a su gran tamaño, suelen ser muy discretas y, aunque se asomen a la superficie para cazar, no suelen mostrar su aleta caudal.

Diputación y la Asociación del Mar editan una guía interactiva de cetáceos de la Costa Tropical

La migración de los rorcuales comunes al Mediterráneo desde el océano Atlántico por el Estrecho de Gibraltar se inicia entre diciembre y enero y se desplazan hasta las costas catalanas. Allí permanecen de marzo a mayo a profundidades de entre 100 y 200 metros alimentándose sobre todo pequeños crustáceos, a unas cinco millas de tierra. La migración del Mediterráneo hacia el Atlántico ocurre durante la primavera y hasta el otoño. En estos desplazamientos estas ballenas se acercan mucho a las costas. Y es el momento de poder observarlas y poder fotografiarlas, como se muestra en el vídeo grabado la pasada semana por este equipo de investigadores marinos.

Observarlos con respeto

Durante los próximos días seguirán su viaje hacia el estrecho de Gibraltar. Es importante recordar que no debemos acercarnos a más de 60 metros del animal o grupo de animales. Durante su observación se deberá mantener una velocidad constante y el rumbo paralelo a la dirección de los animales. Si es posible se recomienda apagar los motores de las embarcaciones para generar un menor impacto sobre el animal.

 
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