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¿Ciudad Europea de la Cultura o la Cultura como Proyecto de Ciudad?

La firma de Manuel A. González Fustegueras en Hoy por hoy de Radio Jerez

La firma de Manuel A. González Fustegueras

Jerez de la Frontera

El otro día escuche a nuestra alcaldesa proclamar públicamente que el proyecto de candidatura a Ciudad Europea de la Cultura para el año 2031 es su principal proyecto estratégico para la ciudad.

La pregunta que surge inmediatamente es: ¿Con la situación económica y financiera que padece el Ayuntamiento se puede competir con una ciudad como Granada, en la que, además, esa fecha coincide con el 500 aniversario de su Universidad, una de las más prestigiosas del país, y que se va a volcar en su conmemoración?

Parece más que complicado, y mucho más con la cantidad de tiempo perdido desde que se anunciara esta misma intención por el dimitido delegado de cultura del gobierno socialista saliente.

¿No sería mejor aspirar integrar la cultura como un proyecto continuo y estructural de la ciudad?

Integrar la cultura como un proyecto continuo de ciudad implica convertirla en pilar del desarrollo urbano, promoviendo la sostenibilidad económica, social y ambiental, lo que implica un esfuerzo en políticas culturales sostenibles, infraestructuras adecuadas y una participación activa de la comunidad. Este es el camino que de verdad permite abordar las necesidades culturales de diversas comunidades, promoviendo la igualdad y la inclusión, y el que fomenta un sentido de pertenencia y orgullo entre la ciudadanía, fortaleciendo la identidad local.

No digo yo que deban ser iniciativas que se excluyan mutuamente. Al contrario, pueden converger para maximizar los beneficios culturales, sociales y económicos para la ciudad.

Pero para ello hay que tener muy claro que la clave está en no considerar la candidatura como un punto final, no como una meta, sino como un camino a recorrer de compromiso cultural a largo plazo, donde la cultura se integre de manera sostenible y equitativa en la vida diaria de la ciudad, enriqueciendo a todos sus habitantes y asegurando un legado duradero.

Solo así, hasta el fracaso sería un triunfo.