Marco Antonio Gómez, presidente de ATME: "En el Ejército no se pueden seguir dando órdenes como si se estuviera jugando con airgam boys"

Córdoba

Fueron los primeros en alzar la voz en diciembre, pocas horas después de la muerte de los dos militares en Cerro Muriano, para pedir al Ministerio de Defensa y a la propia BrIgada Guzmán el Bueno X, de Cerro Muriano, información sobre el ejercicio de instrucción y las medidas de seguridad empleadas.

Ya en aquel momento advirtieron de casi todo lo que hemos ido conociendo durante la instrucción previa del caso: la falta de medidas de seguridad y prevención de riesgos, la falta de planificación e información, la poca valoración de riesgos, como han confirmado después los informes de los peritos encargados por el Togado Militar Central. Desgraciadamente, dice su presidente, Marco Antonio Gómez "Se ha ido cumpliendo todo lo que decíamos".

“Nos movemos en un ambiente de muy alto riesgo y las medidas de seguridad deberían llevarse al extremo"

Y lo que decían era muy grave, porque ponía en entredicho la seguridad laboral de los militares dejando a su suerte y al arbitrio de sus mandos su seguridad laboral.

"En una empresa civil nadie se habría planteado hacer algo sin las medidas de prevención adecuadas", explica el presidente de la Asociación, Marco Antonio Gómez, como ejemplo de las las condiciones en las que realizan diariamente su trabajo. Una profesión que sigue sin estar catalogada como "de riesgo" a pesar de que este aspecto se ha convertido (junto con el de la mejora de las retribuciones) en la principal reclamación ante el Ministerio de Defensa.

"Queremos trabajar pero con todas las garantías de seguridad que nos merecemos"

"Una presunta mala orden no puede terminar con la vida de dos personas", sentencia el presidente de ATME, que lamenta que tengan que seguir asumiendo riesgos, como “conducir sin tacógrafos, hacemos ejercicios con cursos básicos que no están homologados para ello y tenemos que cumplir órdenes de personas que se creen que son Dios y que pueden hacer lo que quieran”, dice Gómez. En el caso de Cerro Muriano En el caso de Cerro Muriano "llevaron al límite a personal muy poco preparado, como si estuvieran jugando con airgam boys".

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"Los militares queremos ser juzgados por tribunales civiles"

ATME atribuye a la difusión y a la gravedad del caso el hecho de que haya hasta ocho militares que se vayan a sentar en el banquillo durante la instrucción previa del caso. Sin embargo quiere esperar a ver en qué queda todo el procedimiento.

Lo que sí tienen claro es que no quieren ser juzgados por la Justicia Militar sino por la justicia "civil" u ordinaria. El colectivo cree que el hecho que sean militares los que juzguen a sus propios compañeros termina condicionando los resultados de los procesos.